Abbruzzese: "Es difícil pasar por la puerta del club y verlo así"

Sociedad de Fomento y Alumni Social Club de Turdera, El presidente del club contó la situación que viven al mantener las puertas cerradas a causa de la pandemia del Coronavirus. Desde FECEAS están haciendo lo imposible para ser escuchados, mientras buscan distintas alternativas para poder subsistir.

De un tiempo a otro cambiaron los hábitos. La gente debió cerrarse en sus hogares y todo se alteró. Algunos pueden salir a trabajar, otros quedaron rehenes de la situación. Y los clubes de barrio no están ajenos a lo que generó la pandemia del Coronavirus.

Maximiliano Abbruzzese es el presidente de la Sociedad de Fomento y Alumni Social Club de Turdera, una de las tantas instituciones que se encuentran sin actividades y a la espera de prontas soluciones para hacerle frente a los gastos diarios que hoy están acarreando.

"Como todos los clubes de barrio permanecemos cerrado. Yo tomé la decisión de suspender todas las actividades el 12 de marzo, tres días antes de que se declare la cuarentena oficial. Después cerramos todo, en principio las instalaciones. A los dos o tres días continuamos con la pileta, el gimnasio y el buffet, que están concesionados. Tenemos que seguir pagando luz, gas, teléfono y es un problema realmente grave porque no entra plata de actividades, los profesores tampoco cobran, no hay cuota social que es con lo que el club subsiste y las obligaciones las tenés que pagar", explicó Abbruzzese a La Unión.

Y agregó: "Estamos a la buena de Dios, viendo qué podemos organizar desde FECEAS, tratando de ponernos en contacto con el Gobierno para que ayude a los clubes. Estamos en una situación de emergencia bastante caótica. Venimos de cuatro años de tarifazos y esto, sin comerla ni beberla, nos va a terminar por matar. Y no somos Boca, River, clubes grandes que tienen otro tipo de poder económico y se pueden organizar de otra manera".

A fines de marzo, el titular de FECEAS (Federación de Clubes y Entidades Afines del Sur) Raúl Menzi, junto a otros presidentes de instituciones, se contactaron a través de videollamada con Inés Arrondo, titular de la Secretaría de Deportes de la Nación, quién se comprometió a transmitir la situación insostenible de los clubes frente al Covid-19.

"Hasta el día de la fecha no tuvimos respuesta. El problema real es que hay clubes que tienen empleados en blanco y hay Sociedades de Fomentos, clubes más chicos, que no los tienen. ¿Cómo hacés para pagarle a esa gente? Eso es lo que estamos tratando de reclamar desde FECEAS. Más allá de que a los clubes de barrio no les van a cortar ningún servicio y se posponen los pagos, en ese sentido sí el Gobierno da una mano. Pero después hay clubes que tienen un mínimo personal en blanco y otros no, pero sí tiene personal trabajando no los podés dejar en banda porque mal que mal ese pequeño ingreso que tienen les sirve", manifestó el presidente de Alumni.

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Maxi, casi desde que nació, pisa el club. Tiene un sentido de pertenencia muy fuerte y la desolación de hoy en día le causa cierta nostalgia: "Estamos en contacto tanto profesores con chicos y directivos del club, con las redes sociales haciendo juegos, desafíos, todo para mantenernos animados. Todos estamos con ganas de volver. Tengo 47 años, los mismos que voy al club, mis padres me hicieron socio cuando cumplí nueve meses. Llevo una vida acá adentro y verlo cerrado después de tantos años hace mal. Todos saben la situación que está pasando la Argentina y el mundo, pero es difícil pasar por la puerta del club y verlo así, más ahora en otoño con el contraste de las hojas tiradas en el piso que lo hace ver más sucio y decís 'pucha ni siquiera podemos salir para limpiarlo un poco'. Lo que hace lindo a un club es que esté en actividad con los chicos jugando, corriendo, divirtiéndose entre amigos. Limpio o sucio es irrelevante en estos días".

Como varios clubes de la región, Alumni está en contacto con las autoridades municipales para dar una mano a la sociedad en medio de la pandemia. "Tomamos la decisión de poner todas nuestras instalaciones a disposición de la Municipalidad de Lomas de Zamora para que haga uso de la infraestructura del club en lo que sea necesario, ya sea para copiar alimentos o instalar camas", explicó. Y en relación a los ingresos que el club dejó de generar admitió: "Nosotros tenemos socios que pagan de manera bancaria y este mes no pasamos los débitos automáticos para que no les cobren. No creo que lleguemos al extremo de cerrar el club pero yo no sé si esa plata que le voy a debitar por cuota social a una familia no le sirve para comprar un kilo de pan. Entonces tomé la decisión de que los pocos débitos automáticos no los cobramos. Sí hemos tenidos mensajes por parte de los profesores diciendo que día en el club habría alguien como para que acerquen y paguen de manera voluntaria. Ahí si vamos a poner un día y horario como para que el socio que quiera acercarse al club pueda hacerlo, porque sabe que el club lo necesita".

Además de su función al frente del club, Abbruzzese tiene una banda: Los Rockabilly Adoquines Band, que también está sin poder juntarse a tocar. "Lo que hacemos es alguna grabación desde nuestras casas, después editamos y nos mandamos los videos, audios y nos vamos entreteniendo con eso. Las bandas están paradas como el trabajo de los tipos que venden cuerdas para guitarras, las casas de instrumentos musicales, técnicos y grabadores de sonidos. Con los Adoquines virtualmente tratamos de ingeniárnosla para no estar quietos. Eso es lo que duele, porque más allá de tener obligaciones, familia, trabajo, también necesitás tu tiempo de esparcimiento donde algunos se juntan a jugar a la pelota, a las cartas, y nosotros nos juntamos a tocar. Y eso cambió radicalmente en todos.Ahora tenemos que mirar una película, un recital o hacer algún juego en familia", finalizó.

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