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Pozo de Banfield: ahora es el turno del testimonio de Nilda Eloy

ESTE MARTES. Será transmitido a las 10 en la cuarta audiencia del megadebate oral y público por los delitos de Lesa Humanidad en los tres centros clandestinos del Circuito Camps.

Nilda Eloy falleció en 2017 producto de una enfermedad terminal

Nilda Eloy falleció en 2017 producto de una enfermedad terminal.

El relato de Nilda Eloy, testigo clave en la condena de Miguel Osvaldo Etchecolatz en 2006, volverá a ser escuchado este martes por el Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata, en el juicio unificado en el que se juzga a 18 represores por los delitos de Lesa Humanidad cometidos en las Brigadas de Investigaciones de Banfield, Quilmes y Lanús.

La grabación de la declaración que Nilda brindó varios antes de morir, en 2006, se proyectará a las 10, según lo dispuesto por los jueces Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico. Su testimonio se sumará así a las declaraciones de Adriana Calvo, María Cristina Gioglio, que se proyectaron la semana pasada en la tercera audiencia.

Nilda durante años guardó en su memoria aquellos detalles que consideraba fundamentales de esos meses de torturas, vejaciones, maltratos y horror que tuvo que vivir. Pasaron décadas hasta que pudo aportar toda esa información ante la Justicia.

¿Por qué? Porque recién se acercó hasta una reunión de sobrevivientes de la dictadura, cuando reconoció por televisión al hombre que había dirigido el operativo que se había realizado en la casa de sus padres el 1 de septiembre de 1976, cuando fue secuestrada. "Me quedé paralizada cuando vi esa cara. Ahí supe su nombre: era Etchecolatz."

Nilda fue secuestrada a los 19 años. Había terminado sus estudios secundarios en el Bellas Artes de La Plata, en donde la conoció Emilce Moler, sobreviviente de La Noche de Los Lápices, y recién arrancaba a estudiar medicina.

Ese día dormía en la habitación que compartía con su hermana, hasta que escuchó un ruido terrible: era la puerta. Un patota de más de 20 hombres al mando de Etchecolatz la tiró abajo. Preguntaron por Jorge Falcone, dando por sentado que era su marido, revolvieron todo y finalmente se la llevaron a borde de un Dodge 1500 color celeste.

La pasearon por seis centros clandestinos durante 11 meses: La Cacha, el Pozo de Quilmes; de allí la llevaron al Destacamento de Arana, al Vesubio, El Infierno y la Comisaría de Valentín Alsina. La "blanqueron" como prisionera en el penal de Devoto.

El testimonio de Nilda Eloy, junto al del albañil Jorge Julio López, fue clave para condenar por genocidio a Etchecolatz. Ambas declaraciones fueron precisas porque identificaban sus sitios de cautiverio, con quiénes compartieron detención, quiénes estuvieron presentes en sus sesiones de torturas y qué delitos vieron cometer

El TOF 1 de La Plata, integrado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico, juzga bajo modalidad de videoconferencia -por la pandemia de coronavirus- a Etchecolatz, al exmédico policial Jorge Berges, el exministro de Gobierno bonaerense Jaime Smart y a otros 15 represores por los crímenes cometidos contra más de 500 víctimas.

Etchecolatz está imputado de los delitos de privación ilegal de la libertad cometida por un funcionario público en abuso de sus funciones en el Pozo de Banfield, en 116 casos. En su carácter de Director de la Dirección General de Investigaciones de la Policía Bonaerense, se lo acusó de "haber formado parte de un aparato organizado de poder que sustrajo, retuvo y ocultó a niños y niñas menores de diez años".

Entre ellos fueron identificados María José Lavalle Lemos (hija de Mónica María Lemos de Lavalle) y Martín Ogando Montesano (hijo de Stella Maris Montesano Sánchez), quienes permanecieron detenidos ilegalmente en el Centro Clandestino de Detención Pozo de Banfield, según consta en la requisitoria de elevación a juicio.

También se le imputó a Etchecolatz el homicidio calificado por haberse cometido con alevosía y con el concurso premeditado en perjuicio de 5 personas; y el abuso sexual con acceso carnal haciendo uso de fuerza e intimidación agravado en perjuicio de Nélida Ester Lastreto y Valeria del Mar Ramírez, la primera trans querellante en este juicio.

Por su actuación en el centro de Pozo de Quilmes, Etchecolatz deberá responder por los delitos de privación ilegal de la libertad de 93 personas. En el caso del centro conocido como El Infierno, se le imputó el homicidio calificado de Luis Adolfo Jaramillo y la privación ilegal de la libertad de 61 personas.

En el marco del juicio unificado, donde el ministerio público estuvo representado por los fiscales Hernán Schapiro y Juan Martín Nogueira, los 18 imputados se negaron a ser indagados, aunque en el caso de Etchecolatz hizo uso de la palabra para descalificar la autoridad del Tribunal para juzgarlo y pedir ser sometido a un tribunal militar.

"Yo no maté, yo batí en combate, que es distinto", dijo en su momento.

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