El puentecito de Cerrito, un símbolo en la memoria de Villa Galicia

NOSTALGIA. Inaugurado en los primeros tiempos del barrio, la estructura de hierro marcó la infancia y la historia de una zona con más de un siglo de vida.

El puentecito marcó la infancia de muchos vecinos de Villa Galicia

El puentecito marcó la infancia de muchos vecinos de Villa Galicia.

Desde que en 1911 autorizaron los remates para la venta de los primeros lotes de Villa Galicia, esta zona de Lomas fue creciendo al ritmo de sus vecinos, entre calles empedradas, descampados, casas bajas y recuerdos que aún resisten al paso del tiempo. Uno de esos recuerdos es el del puentecito de Cerrito, una estructura de hierro que se convirtió en un emblema para distintas generaciones de lomenses.

"El puentecito de Cerrito era usado para cruzar, a pie o en vehículo, un arroyo bastante importante que corría en la zona. Su forma era curva, lo que facilitaba el acceso y la salida hacia las calles empedradas", recordó Mirta Clastres, vecina de 79 años y descendiente de franceses que se establecieron en Villa Galicia hace varias décadas. "Muchos vecinos solían acercarse al cauce para pescar. Era un lugar de encuentro", agregó, con nostalgia.

El puentecito de Cerrito era usado para cruzar, a pie o en vehículo, un arroyo bastante importante que corría en la zona. Su forma era curva, lo que facilitaba el acceso y la salida hacia las calles empedradas"

"Mi papá se cambiaba de calzado cerca del puentecito. Se ponía los zapatos para ir a trabajar y dejaba las zapatillas, muchas veces embarradas, a unos metros de la estructura", se sumó el vecino Mario Gómez, otro de los memoriosos del barrio.

Aunque no se conoce la fecha exacta de su construcción, Mirta aseguró que el puentecito "existió desde que tiene uso de razón" y admitió que permaneció en pie hasta la década del '60, cuando finalmente fue retirado.

El recuerdo del puentecito también despierta emociones en Jorge Papaleo, otro vecino que creció en el barrio: "Ese lugar me recuerda a mi infancia. Solía cruzarlo con mi papá, que había comprado un terreno del lado de Villa Hipódromo. Pasaba horas jugando ahí, era parte de mis aventuras".

Ese lugar me recuerda a mi infancia. Solía cruzarlo con mi papá, que había comprado un terreno del lado de Villa Hipódromo. Pasaba horas jugando ahí, era parte de mis aventuras

En la esquina de Cerrito y Joaquín V. González, donde se levantaba esta pequeña pero emblemática estructura, hoy también funciona un almacén de barrio. Sin embargo, décadas atrás, el lugar albergó distintos comercios administrados por los Fedirca, una familia tradicional de la zona que también dejó su huella en la historia de Villa Galicia.

S bien aquel puente de hierro ya no existe, su recuerdo sigue intacto en la memoria de los vecinos, quienes lo usaron en incontables ocasiones. Esa estructura de hierro se transformó en una huella que forma parte de la identidad del barrio que nació hace ya 114 años y que aún conserva el alma de sus orígenes.

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