Un emprendimiento lomense une alfajores y vinos argentinos
GASTRONOMÍA. Inspirado en la pasión por la cocina y la vitivinicultura, Leandro Sampietro creó una propuesta diferente: alfajores artesanales con corazón de vino.
Reinventarse en medio de las adversidades. En medio de la pandemia por Coronavirus, Leandro Sampietro decidió transformar su pasión por la pastelería y los vinos en un proyecto único. Así nació un emprendimiento familiar lomense de alfajores artesanales con corazón de vino que, poco a poco, fue conquistando paladares y abriéndose camino en ferias, redes sociales y mesas de todo el país.
En pleno confinamiento, Leandro se quedó sin trabajo (es licenciado en turismo) y fue en ese entonces cuando se le ocurrió incursionar en un proyecto propio relacionado a la elaboración artesanal de alfajores: "La idea surgió de una charla con mi mamá, que ya falleció: junto con mi esposa le habíamos dicho que nos íbamos a poner a crear alfajores con corazón de vino. Siempre fui un apasionado de la pastelería y de los vinos, entonces se me ocurrió unir esos amores en un producto".
"Soy cocinero de alma, aunque nunca me dediqué a la gastronomía más que para mi familia o para mí mismo. Fue por eso que los primeros alfajores que hice estaban pensados para ser consumidos por seres queridos, pero gracias a la recomendación de amigos y el boca en boca hizo que me lance de lleno a este camino", rememoró. Así nació Alfawine, un emprendimiento familiar que Leandro lleva a cabo junto a su esposa.
Los alfajores artesanales tienen tapas con sabor a cacao y, en su relleno, dulce de leche y un corazón de vino a partir de una reducción (para que pueda ser consumido por grandes y chicos). Para la producción, Leandro utiliza tanto el vino tinto (como Malbec) como el vino blanco (como Torrontés y Chardonnay), mientras que los envoltorios también son realizados de manera artesanal por la pareja. Hoy en día, Alfawine cuenta con cinco sabores: Maicena y Malbec, Torrontés, Frambuesas al Malbec, Maracuyá al Chardonnay y Malbec.
Los alfajores artesanales tienen tapas con sabor a cacao y poseen, en su relleno, dulce de leche y un corazón de vino a partir de una reducción (para que pueda ser consumido por grandes y chicos).
"La idea del emprendimiento es que la gente pueda ingresar al mundo vitivinícola a partir de nuestros productos. Muchas personas nos admitieron que no son fieles seguidores del vino, pero sin embargo les gustan los alfajores que hacemos: eso nos llena de orgullo y nos da la pauta de que estamos transitando el camino correcto", indicó el lomense.
Sampietro participa activamente de distintas ferias, en donde tiene la posibilidad de entablar un contacto directo con los vecinos para mostrarles y venderles su producto. Pero, además, toma pedidos a partir de su cuenta de Instagram, un canal sumamente importante en la actualidad. "Ya estamos pensando en crear nuestra página web", admitió.
"A corto plazo queremos desarrollar la marca y mejorar los envíos nacionales, con el objetivo de que nuestros productos estén en cada rincón del país. A futuro también intentaremos lograr que el emprendimiento sea ciento por ciento autosustentable y, de esa manera, cumplir con la demanda de pedidos, ya sea en territorio argentino como, por qué no, a nivel internacional", explicó Leandro, con la mirada ya puesta en el horizonte.
Para finalizar, Leandro les dejó un mensaje a aquellos vecinos que desean sumergirse a un emprendimiento: "La pasión es lo más importante. Tener fe en uno mismo y contar con un entorno que te apoye en cada una de las decisiones es clave para llegar al éxito: es muy lindo vivir de una actividad que te gusta y te llena el alma".