Balance del año: un 2021 que quedó en deuda para el Gasolero

Irregularidad. Esa es la palabra que mejor define el año de Temperley. El equipo de Fernando Ruiz no encontró un rumbo claro pese a las buenas intenciones y navegó por la mitad de la tabla de la Primera Nacional, al tiempo que fue más decorosa su participación en la Copa Argentina.

Desde lo numérico, el Celeste jugó 32 partidos en la segunda categoría del fútbol nacional con 10 triunfos, 11 empates y 11 derrotas. Hizo 29 goles y recibió 34 sumando 41 puntos y alcanzando una efectividad apenas por encima del 40%. De 35 equipos, culminó en la 19° posición y dentro de la Zona A fue el 9° de 17 aunque gran parte del certamen estuvo por debajo de esa posición. Como consecuencia de ello, no jugará la edición 2022 de la Copa Argentina.

No se hizo fuerte de local ni de visitante pero, en ese ítem, le costó incluso más jugar en el Beranger: terminó 24° entre 35 equipos jugando en casa. Como visitante fue 18°. Y otro dato curioso tiene que ver con los inicios de los partidos: se ubicó entre los cinco peores equipos jugando primeros tiempos. En once oportunidades se fue al vestuario perdiendo y en 14 empatando.

Las rachas fueron otro ítem que marcaron la campaña. Sufrió cuatro derrotas consecutivas en el arranque del torneo y luego otras tres que hicieron tambalear al cuerpo técnico. Después, entre las fechas 21 y 29, empató ocho veces y ganó la restante. Es decir, si bien no perdió, tampoco sumó de a tres y eso lo mantuvo lejos de la pelea. El cierre fue más esperanzador: cuatro seguidos sin perder, con tres triunfos y un empate de visitante.

En la Copa Argentina, otra vez hizo un papel digno. Jugando con la camiseta amarilla que ya es parte de la cábala, llegó hasta los cuartos de final cuando se cruzó con Talleres de Córdoba, una de las revelaciones del año en Primera y quedó afuera. En 32avos dejó en el camino a Deportivo Riestra por penales; en 16avos goleó a Talleres de Escalada por 4 a 0 y en los octavos de final eliminó a Sarmiento de Junín por 1 a 0.

Desde lo futbolístico, la deuda estuvo en el funcionamiento. El Gasolero de Ruiz no logró encontrar un estilo con el que se sienta cómodo y padeció de errores graves en varios encuentros que le significaron puntos clave para después ser competitivo en la tabla. El punto más alto apareció de la mano de los pibes, con la irrupción de varios de ellos en el equipo de Primera, pisando firme y ganándose un puesto por sobre refuerzos o futbolistas más experimentados.

Dentro de una limitada cosecha de goles, Agustín Allione anotó seis, Facundo Pumpido cinco, y Elías Contreras y Mauro Molina hicieron tres, mientras que una larga lista marcó entre dos y uno. Encontrar un goleador para el 2022 será el trabajo más importante de la dirigencia que decidió volver a apostar por Fernando Ruiz, esperanzados en que su tenacidad y el empuje de los chicos del club sean los que lo lleven a ser protagonista en la temporada que se viene.