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Los abonados de Temperley se llevarán su butaca a casa

Iniciativa Gasolera. Como parte de la renovación de la platea del Estadio Alfredo Beranger, los hinchas comenzaron a retirar los asientos que llevan sus nombres.

El club es parte de la vida del hincha y la tribuna es un lugar de absoluta referencia. Cada fanático tiene su espacio, su sector en donde se siente cómodo por cómo se ve el partido, porque allí se encuentra con su grupo de amigos o tan sencillamente porque lo considera una cábala.

En Temperley, el desarrollo de las obras de renovación de las plateas, favoreció una acción por parte de la Comisión Directiva para celebrar el apoyo de esos hinchas. Desde hace algunos días y aprovechando el recambio de butacas, le empezaron a entregar su antiguo asiento a cada socio que fue abonado durante la última temporada.

Tal como ocurre en otras canchas del fútbol argentino, cada platea tiene el nombre de la persona que pagó ese abono por lo que es muy sencillo identificarlos y que puedan recibir su recuerdo del Alfredo Beranger. En esta primera etapa, la obra se desarrolló sobre los sectores C y D y el mes que viene continuará con los otros tramos, por lo que la iniciativa llegará a todos los abonados.

"La recepción de los hinchas es súper buena porque literalmente se están llevando un pedazo de la cancha que es tu lugar, donde vos te sentás, donde estuviste tantas veces. La idea es también hacer algo con las plateas que sobran y que no tienen nombre", explicó Pini, integrante del departamento de Socios del Gasolero.

Una de las socias abonadas que se llevó su platea (y la de su papá, vitalicio de 88 años) es Alejandra De Rose. Y su historia está marcada a fuego por el Celeste. "Yo nací ochomesina porque mi mama rompió bolsa en la cancha de Temperley; mi hija nació ochomesina también porque yo rompí bolsa en la cancha de El Porvenir viendo a San Telmo contra Temperley. Mi abuelo era canchero del club, mi hermano fue mascota del equipo del '66. Hoy yo tengo un programa radial que sigue la vida del club. Nos corre sangre celeste por las venas a toda la familia y hoy tener nuestra butaca en casa es una alegría enorme", contó Alejandra De Rose. "Hace unos 18 años que cada temporada compro el mismo lugar, el mismo número, la misma fila", agregó.

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