La profe de Temperley que logró transformar un merendero de Albertina al ritmo de la música
Cristina Pellegrini es de Temperley y creó un espacio de recreación y aprendizaje para los chicos que asisten al comedor Las Tejedoras. Los beneficios que trajo.
Es de Temperley y este año decidió trasladarse a Albertina para llevar canciones a los chicos de bajos recursos.
Con una gran responsabilidad y con todas las ganas puestas en transformar historias, la profesora de música de TemperleyCristina Pellegrini (64) comenzó este año a brindar un taller de música para los chicos de entre 2 y 17 años del comedor Las Tejedoras, ubicado en Albertina, y detalló los cambios y beneficios que notó.
Pellegrini fue profe de música por más de 30 años, pero actualmente es preceptora en la Escuela de Educación Secundaria N°15 de Temperley. Sin proponerlo volvió a enseñar cuando conoció el espacio Las Tejedoras ubicado en Saladillo 380, Villa Albertina. "Bajo la modalidad de introducción a la música es que comencé en julio de este año a dictar clases para más de 20 chicos de bajos recursos que asisten al espacio social y en estos meses lo que más me sorprendió son los cambios positivos que se fueron generando", detalló la profesional.
Hace apenas unos días que la profe cerró el año con una clase especial donde repartió los diplomas a cada uno de los chicos que participaron del taller y se emocionó por ver el entusiasmo que le pusieron estos meses: "Siempre los noté muy dispuestos en la clase, me esperaban cada martes y viernes, me fueron conociendo y lo más lindo que me llevo es que en el cierre me preguntaron su voy a volver el año que viene y con eso entendí que todo lo trabajado sirvió y mucho".
La responsabilidad de los chicos ante un espacio que disfrutan
La llegada a horario de cada uno de ellos, la colaboración para guardar el material de estudio que llevó al espacio Pellegrini en formato de cuadernillo de canciones para que cada uno pueda trabajar con las melodías y sobre todo con las letras de las canciones, fueron un indicio sobre qué comenzar a dictar este taller de música allí fue un verdadero acierto.
"Para ellos es un encuentro de recreación y aprendizaje que guarda un gran valor y todo sostenido por la maravilla de los ritmos musicales, la vocalización, la respiración y mucho más que fueron incorporando de a poco, pero con mucha constancia", aseguró la docente.
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Tiene 64 años y toda una carrera dedicada a la docencia.
Canto grupal, desarrollo de melodía, de la rítmica ( digo la canción con palmas), corporal, cuentos con música, desarrollar lenguaje, lectura, corrección de dicción, inventar y cambiarle la letra a una canción, invención de cuentos a través de juegos, fueron algunos de las consignas trabajadas en todos los meses en que la profe estuvo a cargo de las clases.
"Los objetivos desde el día uno fueron que ellos puedan desarrollar el trabajo en grupo, la escucha atenta, la espera en silencio, las destrezas, la lectura gráfica específica de la música, conocer la música de las distintas regiones y promover la inclusión", especificó
La docente de Temperley resaltó el poder sanador de la música
Si bien el vínculo entre la profe y los alumnos se fue formando de a poco, los cambios fueron muchos y sumamente positivos para el grupo en general, según destacó la profesional. "Lo que más observé es que comenzaron a escuchar mejor, a prestar atención porque la dificultad muchas veces está en la lecto escritura y el cuadernillo de canciones ayudó en ese aspecto".
El desarrolló y comprensión al momento de respirar y vocalizar también modificó al grupo porque "al principio llegaban exaltados, muy arriba y comprendieron a estar atentos y eso los ayudó a cantar sin gritar, cantan relajados al agregar la respiración por nariz y por boca".
La búsqueda de canciones con palabras claves, que sean positivas también hizo un gran aporte. "Les enseñé a leer la poesía de la canción, que memoricen la letras y trabajamos mucho en la dicción y en los ajustes globales que se les llama así a los acordes de la melodía", recalcó.
Cada uno de los chicos de este taller lo disfrutó a pleno, no sólo del espacio de recreación, de aprendizaje, también la profe logró fortalecer su autoestima al mostrarles a cada uno sus logros. "Para ellos es importante contar con un espacio que los valore, que se sientan escuchados y que reciban la aceptación que tanto esperan", comentó Pellegrini.