"Nunca pensé que a los 15 años me iba a quedar sin mi mamá"
DOLOR. Candela, la hija mayor de María Dolores Juncos recordó las situaciones de violencia que vivió su madre, antes de ser asesinada por su pareja Ramón Hermes Acuña, de 10 puñaladas.
"Nunca pensé que a los 15 años me iba a quedar sin mi mamá", soltó Candela entre lágrimas, una de las hijas de María Dolores Juncos, la vecina de Ingeniero Budge que el martes pasado fue asesinada de al menos 10 puñaladas por su pareja, Ramón Hermes Acuña, 43 años mayor que ella.
La adolescente relató el calvario que vivía su mamá producto de una relación que era violenta. "Él era prepotente, muy celoso. Le decía que la mandaba a espiar y la amenazaba con que si lo llegaba a engañar la iba a matar", aseguró todavía con el dolor a cuestas.
La relación entre María Dolores y Acuña comenzó un año atrás. Él era viudo desde enero y durante el último tiempo, la amenazaba, cada vez más. Ella se quería separar. Se lo había dicho en varias oportunidades, pero él la seguía, la hostigaba y no la dejaba en paz.
La mañana en la que fue hasta la casa de Acuña, la familia de dolores cree que fue a terminar con él de una vez por todas. "Me había mandando un mensaje que decía que a las 12 llegaba para almorzar y nunca llegó", recordó Candela con una fuerza impensada para una chica de su edad.
¿QUÉ PASÓ?
Ese martes por la mañana María Dolores gritó todo lo que pudo para que alguien la ayudara cuando intentó disuadir a su agresor que no le haga daño, pero se dio cuenta que el ataque era inevitable. A simple vista, el médico legista estableció que la mujer recibió entre 10 y 11 heridas punzantes en el cuello.
Una familiar de Acuña escuchó los pedidos de auxilio, pero se quedó en estado de shock, inmóvil. Cuando logró comprender la situación, salió a buscar a la hija de Acuña, Sandra, quien vivía cerca del lugar.
La mujer, una vez que llegó a la casa de Fournier al 1000, ingresó y fue directo al cuarto de donde habían salido esos gritos. Abrió la puerta y la escena que observó la dejó atónita. Ambos yacían tendidos sobre la cama envueltos en sangre y el cuchillo se encontraba en medio de la pareja
"La mató de múltiples puñaladas. Después, por las pisadas, se ve que él fue al baño y de ahí volvió a acostarse y se cortó el cuello al lado de mi hermana, que estaba boca abajo y vestida", aseguró Karina, hermana de la víctima.
Acuña había intentado suicidarse cortándose el cuello pero no tuvo el valor de hacerlo. Cuando llegó la Policía Bonaerense al lugar, apenas se movía. Fue trasladado de urgencia al hospital Paroissien, donde fue operado y quedó internado. Más tarde quedó detenido.
Candela recuerda la relación que tenían y dice que siempre fue violenta. "Ella me contaba que cuando manejaban y discutían le amagaba con pegarle siempre. De hecho muchas veces casi chocamos en una de esas discusiones. Yo ahí empecé a alejarme", contó.
Con las heridas que todavía no cicatrizan, Candela se acuerda del mensaje que le mandó aquel día su mamá y no puede creer que no esté con ella. "Quiero que me dejen verla y poder despedirme, darle el último abrazo porque no pude", concluyó Candela.