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"La Juanita", la casona de Temperley ligada a históricas figuras de la política y la cultura

UNA JOYA DE LOMAS. "La Juanita" tiene una enriquecedora historia en quienes la habitaron. Guillermo Wazzani, quinta generación, contó anécdotas imperdibles. 

Una joya perdida en Temperley Sobre la mítica avenida Garibaldi, más precisamente en la altura 1370, se encuentra la quinta "La Juanita", una casona antigua que data de 1865 y que conserva una historia familiar de más de 150 años, con seis generaciones que han vivido en el emblemático lugar de 44 metros de frente por 76 de fondo. Guillermo Wazzani es la quinta generación de la familia, quien hizo un repaso de sus antepasados, personas muy respetadas en las diferentes épocas y que han tenido vínculos estrechos con personalidades destacadas, como expresidentes y artistas.

"Mis dos hijas son la sexta generación de la quinta que nace en esta casa", así comenzó la historia Guillermo Wazzani, que vive en la casona y es uno de los ocho dueños de "La Juanita", antes de contar cómo pasaron sus distintos antepasados por el lugar que ya tiene más de un siglo y medio de historia.

COMIENZOS

Txomin Ithurrat y Marianne Etchepare, de origen vasco, llegaron a Argentina en 1860, cuando todavía el partido de Lomas no existía como tal. Cinco años más tarde se ubicaron en Temperley, más precisamente en Santa Catalina, en una zona que estaba muy emparentada con personas vascas. "La casa supuestamente comienza a construirse ese año, pero no hay registros hasta 1876", explicó el lomense de 54 años, tataranieto de la pareja.

"No tengo fotos ni lo puedo documentar, pero se dice que han estado Hipólito Yrigoyen y Arturo Illia, médico y muy amigo de mi abuelo".

Tres años después, nace la primera hija argentina del matrimonio y la llamaron Juana, nombre que posteriormente se le da a la casona. Ya de grande, se casa con Teófilo Fernández Martínez, quien fue coronel del ejército de Julio Roca en la segunda Campaña del Desierto entre 1875 y 1885. Tras la muerte de su marido, Juana fundó un colegio para los chicos de la zona, que fue construido al lado de la casona.

La casona sufrió una modificación y mejoras en su interior en 1931, ya que Martín César Fernández Ithurrat (cuarto hijo de Juana y abuelo de Guillermo) se fue a vivir al lugar en 1934: se reemplazaron los pisos, las puertas, las ventanas y los cielorrasos. Además, se agregaron habitaciones y se colocó un techo de tejas francesas, dándole un estilo que aún se conserva. Cabe destacar que en el fondo de la casa hay un roble, el cual fue plantado con una bellota traída por Txomin y Marianne desde Europa. "Debe ser el más viejo de Lomas", piensa Guillermo.

El abuelo de Guillermo fue una personalidad destacada en la época, tanto a nivel social y político. Fue uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical en Lomas y, por ende, en la casa se llevaban a cabo distintas reuniones, a la que asistían personas que se destacaron en el ambiente: "No tengo fotos ni lo puedo documentar, pero se dice que han estado Hipólito Yrigoyen y Arturo Illia, médico y muy amigo de mi abuelo".

Además, fue una eminencia médica de las primeras décadas del siglo pasado, especializado en análisis clínicos, como la sangre y la orina. "Crearon, con su hermano, el laboratorio de análisis clínicos de los doctores Fernández Ithurrat, en Capital Federal. Fueron una revolución para la época", indicó Guazzani.

"Esta fama lo hizo relacionarse y atender a grandes personalidades, a los que consideraba como amigos, como es el caso de Benito Quinquela Martín y Alfonsina Storni," detalló, para luego agregar que el pintor le ha regalado muchas de sus obras y que incluso algunas se encuentran en el interior de la vivienda, autografiadas y dedicadas para su abuelo. Incluso, Martín Fernández Ithurrat, debido a la gran relación con Yrigoyen, tuvo que asistirlo en la isla Martín García por una infección en una muela, cuando el expresidente se encontraba exiliado en 1932. "Aún conservo el frasco rotulado, en donde se guardó la pieza dental para ser examinada", afirmó Guillermo.

Edilberto, hermano de su abuelo, también fue una eminencia en la medicina, quien se construyó su casa enfrente de "La Juanita". "Estaban ambas construcciones y después no había más nada, todo campo", dijo Guillermo sobre los comentarios que recibió de sus antepasados.

Desde 1966 que Guillermo vive en la casona, a la cual le tiene un gran cariño: "Nunca me alejé de la casa, estuve primero con mi abuela y después conviví con mi hermano, hasta que se mudó. En 1995 me casé y formé mi familia".

"Lo que deseo es que no se pierda en la historia, es muy valiosa. Pese a que no es solamente mía, vivo acá y trato de mantenerla como puedo", concluyó Guillermo.

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