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De Banco a concesionaria de autos y posible archivo: la historia de una joya perdida en Turdera

En pie desde 1913. Esta emblemática casona neocolonial ubicada en Hipólito Yrigoyen y Antártida Argentina comenzó su historia como entidad bancaria, donde los vecinos pagaban los terrenos que compraban en la zona. Luego, Strianese, su actual dueño, compró el edificio, lo utilizó como oficinas de venta y hoy, creen, que contiene documentación de la marca.

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Con el tiempo, también se dedicó a los préstamos para comprar automóviles.

   

Una emblemática casona ubicada en el corazón de Turdera, con una imponente fachada de estilo neocolonial, supo funcionar como el primer Banco de la localidad. Ahí se abonaban las cuotas de los terrenos que se vendían para construir las primeras viviendas en Villa Turdera, como se conocía en aquel entonces. Una vez adquirida por Strianese, fue una concesionaria, pero pese a que sigue bajo el mismo dueño ya no funciona esa actividad. Para Liliana Ramírez, escritora del libro "Paseo Turdera", la casona debe servir como una especie de archivo, con documentación de la marca.

Liliana Ramírez es guía de turismo y una de las conocedoras de esta joya arquitectónica, que tiene más de un siglo en pie, por haber investigado y escrito, junto a Jorge Origone, el libro "Paseo Turdera": allí se cuenta sobre los inicios de la ciudad con la narración de 27 paseos. “Decidimos realizar un relevamiento histórico y cultural en los primeros lugares que fueron creados para esa Villa Turdera, llamada así en un principio”, contó quien fue docente de la tecnicatura de Turismo de la Provincia de Buenos Aires, tanto en Ramos Mejía como en Lomas, en el Instituto Superior de Información Técnica N°173.

El Banco de Turdera, en un principio, funcionó en la calle San José y Zapiola. La entidad fue creada por decreto el 12 de agosto de 1911. Riziero Preti fue uno de los fundadores y contó con la ayuda de varios colaboradores (Honorio Rossi, Baldomero Trejo, Ramón Patetta, Daniel Enz, Antonio Strianese y Manuel Carbonell), dándose la primera Asamblea de Accionistas el 12 de julio de 1912.

“Pietri tenía una inmobiliaria en la calle San Martín, en la Ciudad de Buenos Aires, donde vendía terrenos, en cuotas, para Turdera. Esos pagos debían realizarse en un banco y por eso surgió el Banco de Crédito Hipotectario de Buenos Aires, o el ‘Banquito’ de Turdera, como le decían en ese entonces y que al principio se encontraba en la calle San José y Zapiola”, explicó Ramírez.

“En la actualidad, todavía se puede ver en la fachada el escudo del Banco de Crédito Hipotecario y es un lugar que llama mucho la atención a los vecinos.”

En 1913, el Banco se trasladó a la intersección de San José y la Avenida Necochea (hoy Hipólito Yrigoyen), construyéndose este edificio con una arquitectura neocolonial imponente. “En la actualidad, todavía se puede ver en la fachada el escudo del Banco de Crédito Hipotecario y es un lugar que llama mucho la atención a los vecinos”, acotó la guía turística.

“Facilitamos a los compradores de nuestros terrenos en Temperley y Turdera, para edificar, hasta el 80% del importe de la construcción a largos plazos”, es una de las publicidades del banco acerca de su trabajo que se pueden visualizar en el libro "Paseo Turdera", ya que también la entidad ofrecía la entrega de ladrillos para la edificación. Con el tiempo, también se dedicó a los préstamos para comprar automóviles.

La casona, ubicada en Yrigoyen y Antártida Argentina, hoy pertenece a la firma Strianese, familia conocida en la zona por dedicarse al rubro automovilístico, quienes la han usado en algún momento como oficina de su marca. Para Liliana, la casona fue comprada por Strianese para conservar uno de los patrimonios más importantes de los orígenes de Turdera, ya que era una persona muy interesada en esos aspectos. De hecho, el lugar se mantiene en óptimas condiciones y conserva el espíritu de aquella época, con las puertas totalmente intactas.

“Sé que la casona tiene oficinas y varios ambientes, pero no tuve la posibilidad de ingresar. Por fuera, el parque está muy bien cuidado. Supongo que adentro debe existir un gran archivo y documentación que tiene que ver con la agencia que poseen para vender autos, ubicada a dos cuadras de allí”, concluyó Lili