Percepción animal
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Sentir felicidad, experimentar angustia, compadecerse del sufrimiento de otro no son experiencias exclusivas de los humanos. Desde mediados de la década de los '90 del siglo pasado, el avance en las neurociencias y el interés por entender el comportamiento de los animales han permitido establecer que los sentimientos y la conciencia no son exclusivos del hombre. En el ámbito doméstico, los dueños de mascotas comprueban a diario la empatía que los animales expresan ante la tristeza, el dolor y la alegría que experimentan los humanos. Es común ver a los perros lamiendo lágrimas o a los gatos pasearse entre las piernas o rozar el cuerpo de su guardián cuando éste tiene pena. Recientemente, un equipo de la Universidad Eotvos Lorand, de Budapest, estudió a diferentes perros para observar cómo responden al sonido. Los animales testeados fueron expuestos a casi 200 sonidos de voces humanas y ladridos, expresando un abanico variado de emociones y sentimientos. En el mismo estudio, también expusieron a un grupo de personas a esos estímulos auditivos para poder comparar los resultados. El análisis reveló que la corteza auditiva -la región del cerebro encargada de procesar los sonidos- en los humanos y en los perros responde de la misma manera. Esto significa que, ante un quejido, una risa o un llanto, la reacción del perro es casi igual a la de los seres humanos. “El estudio de los sentimientos de los animales es uno de los ámbitos más interesantes e importantes de toda la biología, porque son seres que no se pueden comunicar con nosotros a través del diálogo, así que hay que analizar sus conductas, y eso puede llevar hasta décadas”, señaló Marian Dawkins, profesor de la Universidad de Oxford. “Lo que los animales sienten es muy importante, ya que tratan de negociar su supervivencia en un mundo dominado por los seres humanos y con frecuencia abusivo, en el que no son más que peones de nuestros esfuerzos incesantes y obsesivos por controlar sus vidas para nuestro beneficio, no para el beneficio de ellos”, aseguró el especialista. La experiencia doméstica que tenemos con los animales más los estudios científicos deberían ayudar a reconocer que los sentimientos, el dolor y la conciencia no son exclusivos del hombre y de ese modo, fortalecer las leyes contra el maltrato animal. Hoy en día los derechos son sólo para los humanos.. Aún, en el siglo XXI, los animales son considerados como “cosas” para algunos, y para poder avanzar como sociedad es una problemática que hay que cambiar. ■