La alteración de los sentidos
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El cambio es imposible de detener. Aunque no esté claro hacia qué lugar estamos yendo como conjunto social, es claro que en alguna dirección nos estamos moviendo. Pero no queda claro hacia dónde.
Por J. Ignacio Merlo
En los últimos (¿cinco?) años, la irrupción masiva de la tecnología móvil (internet 4g mediante) dio lugar a una verdadera revolución tecnológica como pocas veces se vio en la historia de la humanidad. Y algo de ese calibre, claro, no es gratis: tendrá costos que aún no sabemos cuáles son.
Lo que en principio resultó simpático -una tía que saca una foto de un pastel de papas y la manda por WhatsApp a todo un grupo; un amigo que envía un video de su hijo jugando mal al fútbol; una meme de Boca campeón- comenzó a volverse invasivo, permanente y habitual.
Esta conducta está trayendo alteraciones al modo en el cual nos relacionamos con nuestro entorno -por un lado- y nuevos estándares en la forma en que nuestros sentidos se involucran con lo que perciben.
EL PALADAR VISUAL. En casi todas las mesas del restorán en el que estoy sentado ocurre lo mismo. Apenas el mozo deja el plato, se asoman los teléfonos, se agudizan los flashes y se disparan varias tomas de una foto que dice más de la foto que de la comida. Y enseguida, nomás, la foto se llena de hashtags y va directo a las redes sociales.
¿Estamos cambiando el modo en el que nuestros sentidos reciben estímulos? La respuesta parece ser un sí. Si bien la comida siempre tuvo un componente visual, el hecho de retratar -permanentemente- todo lo que se va a ingerir está tornándose un poco enfermizo.
Algo parecido había ocurrido en la década del 80 con la irrupción masiva de los videoclips. Entonces, lo que era sólo auditivo, había sumado un componente clave: la imagen. El saldo fue que las cadenas televisivas se metieron de lleno a producir música, con algunos logros decentes -los Unplugged de MTv, por caso- y varios fallidos creados para ser vistos más que escuchados.
FUTURO INMEDIATO. En los próximos años, la tecnología se irá metiendo de lleno más aún en la vida de todos nosotros. Y el límite, parece ser la privacidad. Lo que en un momento fue privado y sólo para uno, ahora comienza a estar híper expuesto y al alcance de todos. En Argentina, se estima que más de la mitad de las personas con acceso a internet tiene una cuenta en -al menos- una red social.
La expansión es definitiva y llegó para cambiarlo t