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Héctor y Susana, una pareja de Banfield que cumple 50 años de amor

PALPITANDO SAN VALENTÍN. Tienen cuatro hijos, varios nietos y una gran historia de vida juntos. Su familia quiere homenajear este vínculo inquebrantable que escasea en estos tiempos. 

A poco de la llegada del Día de San Valentín, la pareja conformada por Héctor Pirruccio (72) y Susana Homar (71) de Banfield es el fiel reflejo que el amor puede perdurar por 50 años y más también. Mañana van a estar festejando las bodas de oro y su familia quiere rendirles homenaje a este logro que en la actualidad escasea.

Desde ese 11 de febrero de 1971 que sellaron su amor para siempre, la pareja cumplió con los mandatos matrimoniales. Tuvieron cuatro hijos y hoy son abuelos de siete nietos.

Andrés Piruccio, segundo hijo de la pareja contó: "Se conocieron cuando mi mamá trabajaba en una fábrica de galletitas Águila en Balvanera y mi padre estaba en el servicio militar. Ella salía a almorzar y él la observaba cuando hacía las guardias en una plaza cercana".

Así fue como un día a Susana se le rompió su zapato y Héctor muy astuto y rápido para entablar una charla se acercó para ofrecerle el suyo. "Ella no aceptó, pero fue el inicio de todo lo que vino después. Diría que comenzaron casi como el cuento de la Cenicienta, pero de barrio", aseguró Andrés al recordar la anécdota que tanta veces escuchó de la boca de sus padres.

Héctor nació en la Ciudad de Buenos Aires, pero siempre vivió en Banfield que además es otro de sus grandes amores y pasiones: el club que está a unas pocas cuadras de su casa.

"Mi abuelo era hincha del taladro, mi papá es súper fanático y se encargó de inculcar ese amor a cada uno de sus hijos. No había opción , tenías que ser de Banfield, sino te deshereda", contó el hijo.

Ellos siempre nos han transmitido la unión familiar. Aunque ya todos formamos nuestros propios caminos como hermanos seguimos en contacto permanente.

La misma casa en la que vivían los papás de Héctor es la que hoy habita la pareja. "Mi papá siempre vivió en el mismo barrio, conoce a todos los vecinos de la calle Melo porque es el lugar que lo vio crecer y luego formar su familia", aseveró su hijo con orgullo.

Respecto a Susana, su hijo dijo que siempre fue ama de casa, de las de antes, de las que ya muchas no quedan. "Mi papá trabajaba de la mañana a la noche y ella estaba para todo siempre. Era mamá y papá a la vez. Siempre fue de escucharnos y muy protectora".

Aunque Héctor pasó por varios trabajos como chofer de colectivos y camiones, donde finalmente se estabilizó fue en su oficio como vidriero.

"Ellos siempre nos han transmitido la unión familiar. Aunque ya todos formamos nuestros propios caminos como hermanos seguimos en contacto permanente y siempre que podemos nos juntamos porque buscamos mantener ese mandato que vino del lado de nuestros abuelos maternos y paternos", resaltó Andrés esperando que mañana vuelva a sellarse ese amor que perdura hace 50 años y que seguro será eterno.