Así fue el auge y la caída del turf en Lomas de Zamora
historia local. La tradición hípica comenzó en 1904, con la creación del Lomas Jockey Club en el sector Este del partido. Qué determinó su clausura.
En Lomas de Zamora, el fútbol es pasión de multitudes. Al igual que en el resto del país, es sin duda el deporte más popular, superando a otras disciplinas como el básquet, el tenis, el vóley, el rugby y el hockey, este último el más practicado por las chicas.
En nuestro distrito, además, se encuentran tres clubes con actividad profesional: Los Andes, Banfield y Temperley. Y en las calles de Villa Fiorito creció nada menos que Diego Armando Maradona. Por ahora, parece difícil que algún otro deporte desplace a la pelota en el futuro cercano.
Pero si miramos al pasado, la historia cambia: hace aproximadamente cien años, la mayor atracción popular para los vecinos de Lomas era el turf, las carreras de caballos. Semana tras semana, los habitantes llenaban los imponentes hipódromos que se encontraban en la zona.
La tradición hípica en Lomas de Zamora comenzó en 1904, con la creación del Lomas Jockey Club en el sector este del partido, delimitado por las calles Sarandí, Cerrito hasta Tercera Arenales (hoy Francisco Amero), General Hornos, siguiendo la curva de la pista hasta Viamonte y finalizando en Balcarce.
Siete años más tarde, ese primer hipódromo fue trasladado a Longchamps, donde permaneció algunos años hasta que un incendio lo destruyó por completo. Ante la necesidad de contar con carreras cerca de sus hogares, los vecinos ejercieron presión para que en 1914 se inaugurara un nuevo hipódromo en Temperley, en la quinta del doctor Domingo Cabred. La entrada principal quedaba en la esquina de la actual avenida Eva Perón (antes Pasco) y Almirante Brown.
Este nuevo hipódromo fue un éxito rotundo. Por su ubicación y modernas instalaciones, atrajo numerosos visitantes desde Capital Federal y rápidamente superó en ingresos al tradicional hipódromo de La Plata, que aún continúa vigente. Además, el lugar impulsó la economía local, beneficiando no solo a los comercios existentes, sino también fomentando la apertura de nuevos negocios relacionados con el turf, como los studs, donde se cuidaban los caballos.
Durante más de una década, la hípica dominó la escena deportiva en Lomas de Zamora. Sin embargo, el auge del fútbol como fenómeno popular, sumado a las sospechas de arreglos en las carreras y la pérdida de respaldo político, marcaron el declive del turf. La clausura definitiva del hipódromo de Temperley se formalizó el 27 de mayo de 1927 mediante una ley provincial. En fin, amigos de La Unión, eso fue todo por hoy. ¡Hasta la semana que viene!