Aseguran que el consumo masivo podría tener una caída peor que en el 2001
Preocupante. Osvaldo del Río, director de la consultora Scentia, se profundizó en el comportamiento del consumo durante los últimos meses y las expectativas para el cierre del año.
El consumo masivo sigue mostrando señales preocupantes en la economía argentina. Según datos recientes del INDEC, la actividad económica de julio mejoró un 1,7% respecto a junio, pero el panorama para el consumo sigue siendo sombrío.
En una entrevista con Noticias Argentinas, Osvaldo del Río, director de la consultora Scentia, se profundizó en el comportamiento del consumo durante los últimos meses y las expectativas para el cierre del año.
Del Río detalló que el consumo masivo empaquetado, que incluye alimentos, bebidas, cosmética y productos de limpieza con código de barras, ha sufrido una contracción del 17,2% en agosto en comparación con el mismo mes del año pasado.
También hizo hincapié en que todos los canales de venta están en terreno negativo: "El supermercadismo cayó un 18%, los autoservicios un 17%, y los almacenes y kioscos cerca del 17%. No hay ningún sector que se esté salvando de esta tendencia".
Los productos de higiene y cosmética, así como las bebidas alcohólicas, han sido de los más golpeados, con caídas superiores al 20%.
EL IMPACTO DE LA INFLACIÓN Y EL SALARIO REAL
Otro factor determinante en la caída del consumo ha sido la fuerte inflación y la consecuente pérdida del poder adquisitivo de los argentinos. Según el INDEC, en el primer semestre del año, el salario real cayó significativamente, lo que llevó a una migración hacia segundas y terceras marcas.
"Esto no es algo novedoso", señaló Del Río, "la gente ya viene desde hace tiempo buscando productos más económicos, tratando de hacer rendir al máximo su capacidad de compra". Aunque algunas paritarias han permitido una leve recuperación salarial, el gap entre ingresos e inflación sigue siendo muy alto.
Al ser consultado sobre qué se puede esperar para el resto del año, Del Río fue claro: "No vemos una mejora en el corto plazo. Las caídas van a continuar, y aunque el consumo se ha estabilizado, la situación no deja de ser preocupante".
Además, anticipó que el contexto político y económico posterior a las elecciones podría traer más ajustes y cambios que impacten directamente en el consumo. "En diciembre, después del período electoral, es probable que se pongan en blanco y negro algunas situaciones concretas que sigan afectando al bolsillo de la gente", advirtió.