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El Centro Barrial Tinku festeja sus nueve años en Llavallol

ESTE VIERNES. La ONG No Seas Pavote prepara una jornada especial para celebrar la permanencia de una de sus casas, en la que colaboran con hombres en situación de calle.

La ONG lomense No Seas Pavote celebra este viernes el noveno aniversario del Centro Barrial Tinku, ubicado en Llavallol, con un sentido homenaje a Monseñor Enrique Angelleli, asesinado por la última dictadura cívico-militar, un referente de las distintas casas que nuclea la ONG.

La jornada arrancará en Mercedes 607 a las 11. Es una celebración especial para los 18 hombres mayores de edad que viven en Tinku y luego a las 15 se proyectará el documental "Un tropiezo de ternura" que detalla la vida de Angelleli. "Lo hacemos el viernes 4 de agosto en conmemoración al día en que asesinaron al monseñor", detalló el fundador de la ONG No Seas Pavote y responsable de Tinku, Sebastián Ferrero.

La jornada será para los hombres que viven en Tinku y luego se extenderá para todo el barrio: "Como cada encuentro que organizamos queremos que pueda participar la comunidad".

Tanto para esta casa como tantas otras que nuclea la ONG lomense, las palabras que dejó Monseñor Angelelli son sumamente importantes para continuar incluyendo a los sectores más olvidados de la sociedad en general. 

En 2014, se abrió el Centro Barrial en Llavallol, donde comenzaron recibiendo los lunes, miércoles y viernes a todos aquellos que tenían ganas de acercarse a compartir la vida. Por eso, una de las frases de Angelleli que eligieron para este aniversario es: "A las personas para conocerlas hay que amarlas mucho más aún hay que vivirlas mucho".

Tanto para esta casa como tantas otras que nuclea la ONG lomense, las palabras que dejó Monseñor Angelelli son sumamente importantes para continuar incluyendo a los sectores más olvidados de la sociedad en general.

Tinku nació para las personas en situación de calle y consumo: "La situación de calle los aísla de los vínculos familiares, de sus amigos y también los expulsa de las instituciones educativas y de salud principalmente". Por eso, los hombres encontraron allí un lugar no sólo para vivir también para buscar alternativas y así salir adelante: "La primera tarea es establecer una rutina, que tiene que ver con la vida diaria (bañarse, lavar la ropa, desayunar y compartir los alimentos: desayuno, almuerzo y merienda). Esto los va reconectando con cierta orden de mantenimiento de la vida, del cuidado de si mismos, que en calle es muy difícil de sostener".

Con propuestas recreativas, deportivas, murga, cine, espacios individuales para hacer terapia, o simplemente compartir la vida, un mate, un cumpleaños, con el resto de la "familia" es que Tinku logró permanecer estos nueve años.

"Lo más importante del trabajo de Tinku es reconstruir la confianza en otro que se convierte en cercano, y así podemos acompañar también estudios médicos, tramites de documentación, visitas a familiares que hace tiempo no ven, trayectorias educativas, procesos legales, porque rápidamente somos a quien primero llaman en cualquier circunstancia de conflicto", detallaron desde el centro barrial que este viernes estará de festejo.

También adelantaron que la semana próxima continuarán los festejos a través de distintas actividades lúdicas abiertas a la comunidad. 

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