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Condenaron a policías de Lomas de Zamora por explotación sexual

judiciales. Siete civiles y seis efectivos de la Comisaría 4ta de Llavallol fueron condenados por explotar a 19 mujeres cis y trans en Camino de Cintura.

Comisaría 4ta de Llavallol

Crédito: Eduardo Alfaro.

Comisaría 4ta de Llavallol.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de La Plata condenó este jueves a penas de hasta 9 años de prisión a una organización integrada por siete civiles y seis policías de la Comisaría 4ta de Lomas de Zamora, dedicada a la explotación sexual de mujeres cis y mujeres trans en la zona de Camino de Cintura.

El Ministerio Público Fiscal acreditó que la banda explotó económicamente al menos a 19 víctimas entre febrero de 2015 y el 10 de marzo de 2017 en la zona de la Ruta Provincial N°4 -Camino de Cintura-, entre la rotonda de Llavallol y la calle Seguí de esa misma localidad, en provecho de su situación de vulnerabilidad y necesidad económica, precisaron fuentes oficiales de Procuración General de la Nación.

Diariamente le cobraban a las víctimas una suma -oscilada entre 250 y 500 pesos- a cambio de realizar el ejercicio de la prostitución en el lugar, concurrieran o no, en los lugares donde uno de los policías las ubicaba. El personal policial procesado prestaba servicios en la Comisaría 4ta de Llavallol. 

Los jefes de la seccional en distintos períodos -abarcados por el tramo investigado y probado en los hechos- Héctor Mario Coquean, Félix Nicolás Breglia y Javier Alejandro Caffarena y la jefa y el jefe de gabinete de estos últimos, Claudia Yamila Ferrando y César Ricardo Pérez, respectivamente, fueron condenados y condenada como coautores del delito de "Explotación sexual agravado por el abuso de una situación de vulnerabilidad y por haber sido cometido en su carácter de funcionario policial".

Coquean recibió nueve años de prisión; Breglia y Ferrando, ocho años; y Caffarena y Pérez, cinco años. Además, recibieron una pena de inhabilitación especial para ejercer cargos públicos por una década y la obligación de realizar un curso sobre capacitación y sensibilización en género y violencia.

"La explotación funcionó bajo el dominio de ese personal con capacidad de mando de la dependencia, quienes con la cobertura e impunidad que se derivaba de sus cargos, se beneficiaron económicamente a través del canon diario que se exigía a cada una de las personas en situación de prostitución en el lugar, concurrieran o no", sostuvo el fiscal general Hernán Schapiro en su alegato. La fiscalía contó con la colaboración de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas y la Dirección General de Recupero de Activos y Decomiso de Bienes de la Procuración General.

"Montaron un sistema de explotación sexual de mujeres cis y mujeres trans, que logró su propósito. Al respecto, si bien no se sostiene la acusación por el delito de trata, tal como ha sostenido la fiscalía de instrucción, no podemos dejar de señalar que la explotación económica del ejercicio de la prostitución ajena, habitualmente, es directamente funcional a la trata de personas", remarcó en su acusación.

Asimismo, condenaron a los agentes Jorge Abel Virreira y Patricio Miguel Kearney, a 8 y 6 años de prisión, respectivamente, y a una pena de inhabilitación de 10 años para el ejercicio de cargos públicos. Virreira fue encontrado responsable del mismo delito agravado por el que recibieron pena sus superiores y también fue condenado a realizar un curso de género. 

El séptimo efectivo acusado, Kearney, fue condenado solo por el delito de "Tenencia simple de armas de fuego de uso civil y de guerra sin la debida autorización". El Tribunal le fijó además una multa de $10 mil pesos. La Fiscalía General informó que en otro tramo de la causa todavía no elevado a juicio, a Kearney se le imputa el delito de "Trata de personas".

Los representantes del MPF apuntaron que el policía Virreira "fue el instrumento, con plena conciencia y dolo, utilizado por las máximas autoridades de la Comisaría 4ta. de Lomas de Zamora para hacer efectiva la explotación". Es sindicado como quien organizaba el lugar, asignaba lugares y se ocupaba de los cobros.

En tanto, los civiles condenados a penas de prisión fueron Mauro Hernán Santoro, Sebastián Alejandro Pérez y Manuel Antonio Marín Trujillo, quienes recibieron penas de 8, 7 y 6 años de prisión, respectivamente, y Javier Omar Santoro, José Mario Ponce, Damián Ariel Romero y Carlos Eliseo Amaya, a quienes el los jueces impusieron a tres años de prisión en suspenso. De acuerdo con la sentencia, todos ellos también tienen la obligación de realizar la capacitación.

En el caso de Pérez el tribunal unificó una condena recibida con anterioridad por otro delito y lo impuso la pena única de nueve años de prisión.

En este contexto, Mauro Santoro fue condenado como partícipe necesario del delito de "Explotación sexual agravado por el abuso de una situación de vulnerabilidad en concurso real con tenencia simple de arma de guerra sin la debida autorización legal".

De acuerdo a la acusación fiscal, Ponce, Pérez y Marín Trujillo "mantenían un contacto y control directo sobre las víctimas, a quienes les cobraban un monto de dinero".

Amaya fue considerado coautor del delito de explotación sexual con el mismo agravante que el resto, mientras que Pérez y Marín Trujillo, fueron condenados en carácter de partícipes necesarios, y Ponce, Javier Santoro y Romero, como partícipes secundarios.

De acuerdo a la acusación fiscal, Ponce, Pérez y Marín Trujillo "mantenían un contacto y control directo sobre las víctimas, a quienes les cobraban un monto de dinero", mientras que Amaya y luego Mauro Santoro "intermediaron con el personal policial de la Comisaría Lomas de Zamora 4ta. y tomaron a su cargo el cobro del canon diario que cada una de las víctimas debía abonar para poder ejercer la prostitución en el lugar".

La fiscalía también consideró probado en su alegato que Javier Omar Santoro "le prestó colaboración a su hermano Mauro para cumplir esa tarea, en tanto, concurrió al lugar con igual objetivo de exigirle el pago de dinero a quienes se hallaban allí en situación de prostitución". Finalmente, tuvo acreditado que Romero "facilitó el sistema de explotación mediante el traslado de las víctimas al lugar".

La realización del debate, iniciado el 10 de septiembre de 2021, demandó más de un año y medio. El proceso llegó este jueves a su fin con el veredicto dictado por José Antonio Michilini, Andrés Fabián Basso y María Claudia Morgese, integrantes subrogantes del TOF N°1 de La Plata

Asimismo, el Tribunal dispuso el decomiso del dinero en efectivo y de divisas secuestrados oportunamente a los ahora condenados, como también de los teléfonos celulares que utilizaban, de una veintena de armas de diferente calibre y potencia halladas en poder de algunos integrantes de la organización, y de vehículos automotores

En función del pedido del fiscal Schapiro, estos bienes registrables fueron puestos a disposición de la Agencia de Administración de Bienes del Estado para su venta y el dinero -tanto el secuestrado como el producto de la venta- remitido al Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata, destinado a la reparación de las víctimas.