El recuerdo de la fiesta más popular
De puño y letra. El recorrido de los corsos empezaba en la estación, avanzando por Laprida hasta Necochea (actual Yrigoyen), luego doblando por Gorriti para tomar la otra mano y seguir otra vez por la avenida hasta Portela.
Cómo cambian los tiempos... Eso pienso mientras me siento a escribir estas líneas, tomando unos mates en el parque de mi casa, recordando cómo festejábamos el carnaval cuando era chico. Lo esperábamos todo el verano: salíamos a la calle con mis amigos del barrio "armados" con las bombuchas de agua y nos escondíamos para sorprender a quien saliera desprevenido. ¡Boom! Empapado. Nos moríamos de risa. No necesitábamos más.
Hoy las cosas son muy diferentes. Por la inseguridad, los chicos ya no salen solos a la calle y las guerras de bombuchas quedan reservadas para pequeños grupos de amigos. Sí siguen vigentes algunos corsos que mantienen vivo el espíritu del Carnaval en varios puntos del país.
Años atrás, el carnaval era una de las grandes celebraciones de nuestro pueblo. ¡Sí, Lomas de Zamora!
El carnaval vivió su esplendor durante las décadas de 1930 y 1940. Tan populares eran nuestros corsos que habían ganado mucha fama en la región y eran una atracción espectacular para gente de todas las edades que buscaba un lugar para escuchar música, disfrazarse y ver desfiles coloridos.
El recorrido de los corsos empezaba en la estación, avanzando por Laprida hasta Necochea (actual Hipólito Yrigoyen), luego doblando por Gorriti para tomar la otra mano y seguir otra vez por la avenida hasta Portela. Los palcos estaban instalados en el medio de la calle y eran ocupados en su mayoría por los vecinos más acomodados, que llevaban a toda la familia. A pesar del calor, todos se vestían elegante y arriesgaban sus trajes por los pomos y las serpentinas que los demás vecinos tiraban desde las veredas y los carruajes.
Llamaba la atención el despliegue de las máscaras, murgas y comparsas, que muchas veces respondían a significados regionales, ya sea por el lugar de nacimiento de sus integrantes o como un reconocimiento hacia ese país. Los "Hijos de donGiacumín" estaba formada por descendientes de italianos. También brillaba "Que salga el toro", cuyos integrantes vestían de torero; o "Los culinarios", que imitaba con su vestimenta de los cocineros típicos, con gorros y delantales blancos.
La mayor atracción del corso local eran las carrozas: los coches de plaza con capota baja eran los más aplaudidos, ya que permitían formar cadenas de serpentinas entre dos que se seguían, uno detrás del otro. Después de los corsos había baile el cineEspañol, en el Estrella de Banfield o en el club Los Andes. Una verdadera fiesta popular. ¡Feliz Carnaval, amigos de La Unión!