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Nuevas pericias en el crimen del diácono de Temperley

UFI N°6. Las partes llevan adelante una instrucción suplementaria y se realizan evaluaciones psicológicas a los imputados por el asesinato de Guillermo Luquín.

Guillermo Luquin tenía 52 años

Guillermo Luquin tenía 52 años.

La causa que investiga el crimen de Guillermo Luquin (52), el diácono de Lomas que fue asesinado en su vivienda de Temperley, se encuentra elevada a juicio a la espera de una fecha para el inicio del proceso judicial

En paralelo, según precisaron fuentes judiciales a La Unión, las partes realizan una instrucción suplementaria en la investigación, con el objetivo de incorporar pruebas al posterior debate.

"Son medidas de pruebas pendientes. Se les realizan pericias psicológicas y psiquiátricas a los imputados por el hecho", completaron las fuentes, en contacto con este medio

De esta manera, se apunta a sumar nuevas evaluaciones para la causa a la espera de una fecha para el inicio del proceso judicial, el cual se ve complicado por la pandemia de Coronavirus, tal como ocurre en todos los tiempos judiciales

Vale recordar que por el crimen, que tuvo lugar en junio de 2019, se encuentran detenidos Roberto Javier Céspedes (18) y Leonel Iván Martínez (20). Ambos están imputados por el delito de "homicidio en concurso con robo agravado". 

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de Lomas será el encargado de llevar adelante el proceso judicial, mientras que la investigación está a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°6 de Lomas de Zamora, a cargo de Gerardo Mohoraz.

EL HECHO

Luquin era empleado bancario y diácono de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, de la Diócesis de Lomas. Aquel domingo 9 de junio de 2019, como no fue a la iglesia, su sobrino fue hasta su casa situada en Bombero Ariño 829, de Temperley, y lo halló asesinado cerca de las 12.30.

El cadáver estaba desnudo y envuelto en sábanas y la autopsia determinó que fue degollado y que presentaba otros cortes en el cuerpo, signos de defensa y un fuerte golpe en la cabeza.

Una huella dactilar hallada en una copa de cristal identificó a Céspedes como sospechoso y cuando los investigadores lo estaban buscando, se entregó en la comisaría 8va. de Villa Galicia junto a su novio Martínez para hacerse cargo del homicidio.

En un video que grabó antes de su entrega y fue difundido por su familia, Céspedes dijo que el diácono lo acosaba desde que tenía 15 años. Luego denunció una situación de abuso, lo que motivó un forcejeo con un cuchillo que terminó en el homicidio.

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