Giuliano Amadío, un artista que se reinventó en cuarentena

Actor, payaso y docente, en días de aislamiento social y a través de sus redes sociales, ofrece el “Taller de Animaciones y Risas”, animaciones para eventos privados y es parte de La Tieza Varieté.

Giuliano Amadío, como tantos otros artistas en cuarentena, se adaptó a las circunstancias que nos tocan vivir y ofrece sus presentaciones y otras aventuras a través de sus redes sociales.

Nacido en Monte Grande y actual vecino de Rafael Calzada, se presenta bajo el alter ego del Payaso Chango.

“Es un momento completamente difícil para todos. En el arte no nos quedó otra que reinventarnos y empezar a construir de otra manera. Es algo necesario para nuestra economía y también para la sociedad que necesita ver algo distinto”, le cuenta a La Unión.

Actor y payaso, cuenta cómo fue adaptando sus performances del mundo real al virtual, con algunos cambios necesarios de por medio.

“Hay que acomodarse para hacer equilibrismo y malabarismo. Tuve que ubicar bien la cámara para que la luz ilumine correctamente. Me hice un telón, acomodé la escenografía y armé un pequeño sistema de luces”, explica.

Giuliano ofrece todos los jueves a los 18 un “Taller de Manualidades y Risas”, apto para toda la familia y donde se puede colaborar con una gorra virtual.

También es parte de La Tieza Varieté y ofrece shows privados, como animar cumpleaños a través de Zoom.

Antes de la cuarentena era parte de la puesta “Tragedia inadaptada de Hamlet”, con dirección y autoría de Lucía Manrique, que se presentó en el Teatro de Las Nobles de Bestias de Temperley. También estaba por estrenar el espectáculo “El funeral fue un éxito”, en el Paseo La Plaza.

HABÍA UNA VEZ UN CIRCO

“Trabajo con el circo desde hace 13 años y hago teatro desde hace 9. Arranqué solo y después me fue capacitando en distintos lugares”, acota Giuliano.

Su formación transitó en Cultura del Sur de Temperley y en otras instituciones porteñas, como La Troupe.

También es Profesor de Educación Física y actualmente tiene algunas horas en Primaria y Secundaria. “Es hermosa la docencia, lo que más me gusta es su parte social”, agrega.

Mientras continúa con sus proyectos virtuales, cuando las condiciones sanitarias estén dadas, tendrá el “desafío” de hacer una funciones para los internos del Instituto de Menores de Loma de Zam