El ADN del miedo

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POR Héctor Edgardo Martínez

La historia es un ser en construcción. Con memoria. Como nuestro propio cuerpo. Nuestro cuerpo recuerda y reacciona ante situaciones que ha tenido que pasar, genera anticuerpos que inclusive se van generando con el paso del tiempo, a través de las generaciones, gracias a la memoria genética. Así se construye también la historia. Lo que hoy sufrimos, está ocurriendo gracias a lo que pasó.

Hubo uno y existió una represión planificada, siniestra, una planificación inteligente que supo dónde había que operar. Como un cirujano que mutila lo necesario para que sigamos con vida, que sigamos respirando, pero no mucho más que eso. El terror sembrado en aquellos años, el dolor en los cuerpos, el miedo, siempre el miedo inoculado en nuestra historia y recorriendo su anatomía ocupando cada milímetro.

La historia produce crisis; tragedias, revoluciones. La historia produce liderazgos. Néstor, Cristina y Mauricio existieron y existen como resultados de una historia determinada, de un devenir incesante de procesos que no podemos detener y que no debemos olvidar, porque el olvido nos deja expuestos, indefensos, con una inocencia suicida que sólo puede llevarnos a dar vueltas en la noria eternamente.

Es por esto que al recordar el 24 de Marzo, debemos reconocer que lo que sucede ahora es posible porque hace 42 años comenzó aquel “PROCESO”, y que esa dictadura fue posible gracias a que le antecedieran Onganía y la Noche de los Bastones Largos, la Revolución Fusiladora del 55, los bombardeos a Plaza de Mayo, la Década Infame, la Patagonia Rebelde, la Semana Trágica… y más.

Por eso nos dicen constantemente que no debemos mirar el pasado, porque si miramos el pasado, si miramos la historia, los vemos venir.

¿Por qué pueden empezar a sembrar la pobreza, la inflación? ¿Por qué los tarifazos, el abandono de las políticas públicas de contención sanitaria, alimentaria, educativa?

¿Por qué hacen todo lo que hacen, y lo siguen haciendo, y exhibiendo esas sonrisas de plástico, ensayadas con los couching de turno para las luces de los estudios de televisión comprados gracias a la complicidad que alguna vez tuvieron los dueños de estos medios con los dictadores?

¿Por qué nos endeudan nuevamente? ¿Por qué nos dejan sin trabajo otra vez? ¿Por qué reducen al mínimo la capacidad de compra de los salarios? Lo que nos preguntamos es: ¿Por qué dejamos que lo hagan y no hacemos nada contundente para que dejen de hacerlo?

La respuesta quizás sea, entre otras, el 24 de Marzo. Aquel, terror, aquel dolor, aquel miedo está instalado en nosotros, no un temor consciente a una dictadura, simplemente el temor que aquellos imprimieron en la sociedad de manera brutal y luego fue tomando las formas más sutiles, subliminales, alojándose en el ADN de nuestra historia, y por lo tanto en los rincones de nuestra conciencia.

La historia es un ser en construcción, sé muy bien que no invento ni digo nada nuevo, tal vez sólo trato de recordarme a mí mismo que somos cada uno de nosotros los arquitectos y a la vez los albañiles de esa construcción.

Si algo se nos mueve adentro al recordar la dictadura, sepamos por favor que no es algo que pasó, es algo que está pasando.

 

 

 

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