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Cinco años sin Ricardo Fort, el niño rico que quiso ser artista

Va de retro . Este personaje se ganó su lugar en la televisión a partir de su suculenta fortuna y sus excentricidades y también supo conseguir el cariño del público.

Ricardo Fort pasó de ser un desconocido y un mero portador de un apellido muy popular en el ámbito empresarial a convertirse en una estrella de los medios de comunicación en menos de lo que canta un gallo y su incursión en la farándula vernácula fue efímera por una muerte precoz.

Este domingo se cumple un lustro de la muerte de este personaje, que falleció pocos días después de haber cumplido 45 años, por diversas complicaciones en su salud, muchas de ellas impropias para su edad.

Un sinnúmero de cirugías estéticas que se realizó durante su vida, con el anhelo de cambiar su aspecto, le jugaron en contra y lo complicaron en demasía en el último tramo de su existencia.

Cuando Ricardo Fort irrumpió en la farándula argentina ya habían aparecido mediáticos por doquier, que habían comenzado a adueñarse de la pantalla en los ‘90, en procura de sus quince minutos de fama y con la quimera de permanecer en el medio en forma milagrosa.

Llegó para quedarse. Lo de Fort fue distinto a esos paracaidistas y otros tantos salidos de los realitys. El chocolatero era dueño de una cuantiosa fortuna, proveniente de la empresa familiar FelFort, y su abultada billetera le daba acceso a hacer de las suyas.

Siempre quiso ser artista y el mandato familiar, en especial el paterno, era que se haga cargo de la empresa de golosinas. Luego de vivir más de una década en los Estados Unidos, regresó a la Argentina para cumplir su berretín de ser artista, a pesar de su ausencia de talento.

Mientras era el “Gerente de Nuevos Productos” en FelFort (incorporación de las barras de cereal al lista de productos de la empresa), grabó una canción y la presentó en el programa de Carmen Barbieri a fines de los ‘90 y esa aparición pasó desapercibida.

Varios años después de esa fallida incursión televisa, Fort logró su ascenso a la popularidad rápidamente con sus apariciones en distintos programas, como “Infama”, “Animales Sueltos” y “ShowMatch”.

Luego tuvo sus propios programas, como “Reality Fort” y “Fort Night Show”, con invitados, panelistas y números en vivo, con dispares respuestas del público.

Mientas seguía haciendo de la suyas, ganaba espacio en las tapas de las revistas y hasta se animaba a incursionar en el cine y en el teatro.

Irrumpió a fines de los ‘90, cuando cantó en el programa de carmen barbieri. pero su boom mediático sería varios años después.

Mientras era idolatrado por algunos, Fort fue criticado duramente por su consumismo lindante con lo obsceno, una ostentación exagerada de bienes materiales y un despilfarro de dinero en un país donde la mayoría de los habitantes vive otra realidad económica.

Antes de declarar que era bisexual, mantuvo publicados romances con mujeres fatales, como Violeta Lo Re, Virginia Gallardo, Erika Mitdank y Claudia Ciardone, aunque esos amoríos sabían a estrategias publicitarias.

Al margen de estos romances, Gustavo Martínez fue su gran amor y además es el tutor de Felipe y Marta, los hijos que Fort tuvo en Estados Unidos, a través de un vientre subrogado.

A pesar de su condición artificial en los medios de comunicación y de su exagerada exposición, supo ganarse el cariño de muchos televidentes, como ese niño rico, algo inocente e irreverente que jugó a ser artista por un

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