domingo 21 de diciembre de 2025
Un emblema.

La peatonal Laprida, el corazón de Lomas de Zamora que late más fuerte en Navidad

Donde hoy hay locales y galerías en la peatonal Laprida, protagonista de las compras de Navidad, antes había veredas arboladas y circulaba un tranvía.

El calor aprieta y diciembre vuelve a poner a prueba el ingenio de los bolsillos. Pero hay rituales que resisten todo: armar el arbolito, pensar en los regalos y salir a buscarlos, aunque sea a último momento. En Lomas de Zamora, esa escena se repite cada año y tiene un escenario casi ineludible: a la tarde, los comercios de la peatonal Laprida se llenan de vecinos que recorren vidrieras, comparan precios y buscan ese obsequio justo para sorprender a alguien querido en Navidad.

Para los lomenses, nombrarla alcanza para ubicarse, reconocerse y sentirse parte. Como ocurre en toda ciudad, grande o chica, hay una arteria que concentra movimiento, historias y encuentros. En Lomas, ese rol lo cumple Francisco Narciso de Laprida, la calle bautizada en homenaje a quien presidía el Congreso de Tucumán en julio de 1916.

Desde los orígenes del distrito, esta traza ya se distinguía por su intensidad y su vida propia. Con el paso del tiempo, Laprida fue consolidándose como punto de referencia. Hoy une la estación con Camino Negro, pero mucho antes de convertirse en peatonal ya era un espacio de circulación constante.

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La peatonal Laprida, un emblema en Lomas de Zamora.

La peatonal Laprida, un emblema en Lomas de Zamora.

Los domingos por la tarde, jóvenes y familias la adoptaron como paseo obligado, un lugar para verse, caminar y ser vistos. Esa tradición, con matices, todavía sigue vigente. La imagen de aquellos años es muy distinta a la actual. Donde hoy hay locales y galerías, antes había veredas arboladas. Por allí circulaba el tranvía que llegaba desde Retiro: entraba por Alem, doblaba a la altura de lo que hoy es el Banco Nación, seguía hasta Meeks y continuaba rumbo a Temperley, donde finalizaba su recorrido.

La peatonal Laprida, protagonista en fechas especiales

En esa misma calle se realizó la primera Fiesta de la Primavera de la Argentina. También fue tribuna improvisada para encendidos cruces verbales entre dirigentes políticos locales en tiempos electorales. Laprida sirvió para manifestarse, pero también para celebrar. Allí desfilaron por primera vez los Reyes Magos y se vivieron los corsos de Carnaval. Con los años, el perfil del lugar fue cambiando.

De aquella pequeña aldea de fines del siglo XIX surgió un centro comercial fuerte, que sigue convocando a gente de Lomas y de zonas cercanas. Las galerías se multiplicaron, los negocios renovaron sus propuestas y la música que sale de los locales acompaña el ritmo de las compras. En estos días, caminar por Laprida es casi una obligación para quienes buscan cerrar la lista de regalos navideños. La peatonal se adapta, se transforma y resiste.

Como cada diciembre, vuelve a ser protagonista. Y seguramente, una vez más, será el punto de encuentro para cumplir con Papá Noel y seguir escribiendo su historia. ¡Hasta la semana que viene, amigos!

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