Creó un merendero, debió cerrarlo y volvió a abrir gracias a los vecinos
SOLIDARIDAD. Manitos que ayudan, de Temperley, asiste con merienda y cena a más de 200 familias. Además, cuenta con ropero, banco ortopédico y de medicamentos.
Las ganas de colaborar con la comunidad son el impulso diario del lomense Gustavo Villanueva, que hace cuatro años fundó el merendero Manitos que ayudan y ayuda a más de 200 familias de Temperley y alrededores. Pese a estar unos meses cerrado, no bajó los brazos y en plena pandemia volvió a abrir sus puertas en medio de la pandemia para atender las necesidades del barrio: entregan la merienda y la cena dos veces por semana, además de contar con un banco de medicamentos y de elementos ortopédicos. "Es gratificante ayudar sin pedir nada a cambio", dijo Gustavo, uno de los impulsores, que admitió que necesitan una olla grande para hacer más viandas.
Gustavo Villanueva es un lomense que siempre se preocupó por la situación del barrio y de sus vecinos. Tal es así que, en 2017 y a puro esfuerzo, creó "Manitos que ayudan", un merendero que funciona en Temperley (San Juan 813, entre Juramento y Vértiz) y que colabora con cientos de familias.
En marzo, con el inicio de la pandemia, decidí abrirlo devuelta y armar como una comisión con distintos vecinos. Gracias a la ayuda de comerciantes, damos la merienda y la cena en viandas, dos veces por semana, a 200 familias.
"Tenía 75 niños, a los que les daba la copa de leche dos veces por semana", rememoró sobre los inicios. Pero algunos problemas personales hicieron que deba cerrar el merendero por algunos meses.
"En marzo, con el inicio de la pandemia, decidí abrirlo devuelta y armar como una comisión con distintos vecinos. Gracias a la ayuda de comerciantes, damos la merienda y la cena en viandas, dos veces por semana, a 200 familias", contó Gustavo, actual presidente, acerca de la labor solidaria.
Miércoles y sábados son los días de arduo trabajo para el merendero. De 16 a 18 entregan la merienda y a partir de las 19.30 comienzan a repartir la cena.
Miércoles y sábados son los días de arduo trabajo para el merendero. De 16 a 18 entregan la merienda y también tienen a disposición un ropero solidario para aquellas personas que necesitan algunas prendas o calzado. A partir de las 19.30 comienzan a repartir la cena, en viandas para cumplir con los protocolos que requiere la pandemia.
"También contamos con un banco de medicamentos y de elementos ortopédicos, como muletas o sillas de ruedas, gracias a la donación de los vecinos. Toda ayuda que nos llega es devuelta a la comunidad porque el objetivo es colaborar", explicó Villanueva, consciente de que su trabajo y el de toda la comisión es indispensable para muchas personas.
Gustavo admitió que, debido a la ubicación del merendero y la proximidad con otros partidos, muchas veces reciben vecinos que no son de Lomas, pero que ellos no preguntan de dónde son, simplemente ayudan porque "las necesidades no pueden esperar".
Manitos que ayudan necesita de la bondad de los vecinos para que pueda seguir con la cadena de colaboración: una olla de 40 o 50 litros, puré de tomate, carne, pollo, leche en polvo y cacao es lo que más necesita para poder continuar con la entrega de meriendas y cenas.
Manitos que ayudan necesita de la bondad de los vecinos para que pueda seguir con la cadena de colaboración: una olla de 40 o 50 litros, puré de tomate, carne, pollo, leche en polvo y cacao es lo que más necesita para poder continuar con la entrega de meriendas y cenas. "La olla es fundamental porque cada vez se acerca más gente, además queremos sumar un día más de alimento para las familias", solicitó Gustavo.
Aquellos vecinos que quieran colaborar con el merendero pueden comunicarse con ellos por Facebook o al celular de Gustavo: 1150468605.
"Siempre me gustó ayudar a los más necesitados y con este espacio propio estoy cumpliendo un sueño. Soy un convencido de que los merenderos no deberían existir, pero es gratificante ayudar sin pedir nada a cambio", concluyó Gustavo, emocionado.