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La educación tiene el presupuesto más bajo en 25 años  

desguace . Presentaron en el Congreso un proyecto para elevar el presupuesto universitario "progresivamente hasta alcanzar, en el 2031, como mínimo, una participación del 1,5 % de la participación del PBI.

Durante 2025, la educación, la ciencia y las universidades atraviesan el período de menor financiamiento en los últimos 25 años. 

El Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI) reveló que la Función Ciencia y Tecnología (FCyT) del presupuesto nacional sufrió un recorte del 30,5% desde el inicio del actual gobierno, representando apenas el 0,216% del PBI, muy por debajo del 0,39% estipulado por la Ley 27.614.  

En paralelo, la Secretaría de Educación (exMinisterio) experimentó una caída del 45,3% en términos reales, mientras que la inversión en universidades nacionales disminuyó un 33,1% respecto al año anterior. Estas cifras consolidan un ajuste sin precedentes, que impacta directamente en salarios, infraestructura y programas educativos.  

Frente al recorte establecido por el presidente Javier Milei, este miércoles entró a la Cámara de Diputados un proyecto de financiamiento realizado por representantes del sector docente, nodocente, estudiantil y de las autoridades universitarias. Proponen elevar el presupuesto destinado a la educación universitaria "progresivamente hasta alcanzar, en el 2031, como mínimo, una participación del 1,5 % de la participación del Producto Bruto Interno (PBI) en cada año".

El informe del Grupo EPC-CIICTI detalla que los organismos científicos del país enfrentan un deterioro generalizado. La Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología sufrió una reducción del 94,5%, mientras que las universidades nacionales perdieron un 85,8% en inversión para ciencia y tecnología. Asimismo, la Agencia I+D+i cayó un 72,1%, y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) un 50,1%.  

Programas clave como el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) sufrieron una contracción del 93%, mientras que la infraestructura y equipamiento educativo se redujeron en un 67,3%. Otros programas, como la formación tecnológica y las becas, registraron caídas de entre 55% y 66%.