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La otra contención: asisten gratis a familiares de personas alcohólicas

EN LOMAS. Las asociaciones mundiales Al-Anon y Alateen están comprometidas en acompañar a los que comparten el entorno con una persona que tiene problemas con la bebida.

En Lomas las reuniones son los primeros terceros y quintos miércoles de cada mes de 19 a 21 en la Catedral

En Lomas, las reuniones son los primeros, terceros y quintos miércoles de cada mes, de 19 a 21 en la Catedral.

El alcoholismo es una enfermedad que perjudica directamente a la persona que consume bebidas en exceso, pero también es una problemática que afecta a los familiares y amigos que se encuentran en su entorno. Para ayudar a estos grupos existen las asociaciones mundiales llamadas Al-Anon y Alateen, quienes trabajan mediante reuniones para contener a adultos y jóvenes que conocen a una persona alcohólica en sus vidas.

Federico, miembro de Al-Anon (rama encargada de reunir a familiares y amigos adultos de una persona alcohólica) y coordinador del Distrito Sur de Alateen (grupo que tiene el mismo propósito que Al-Anon, con la diferencia de trabajar con jóvenes), dialogó con La Unión y contó que ambas asociaciones sin fines de lucro tienen su origen en Estados Unidos durante la década del '60, creadas a partir de familiares de personas que asistían a Alcohólicos Anónimos.

Al-Anon y Alateen funcionan en Argentina desde 1966 y, desde entonces, buscan la recuperación de la familia a partir de reuniones (presenciales o virtuales) anónimas, confidenciales y gratuitas donde se comparten distintas experiencias. "No son programas terapéuticos, religiosos o educativos", señaló Federico, que hace su recuperación en el grupo Ser Felices que funciona en Sarandí (Avellaneda).

Al-Anon y Alateen funcionan en Argentina desde 1966 y, desde entonces, buscan la recuperación de la familia a partir de reuniones (presenciales o virtuales) anónimas, confidenciales y gratuitas donde se comparten distintas experiencias. 

"El propósito es aceptar que el alcoholismo es una enfermedad familiar, declarada así por la Organización Mundial de la Salud en 1963, y que afecta tanto emocionalmente como espiritualmente a todos los integrantes, aunque el alcohólico siga bebiendo o no", explicó, dejando en claro que dicha enfermedad no tiene cura y sí un tratamiento diario "que puede acceder cuando el alcohólico acepta su condición, tiene dominio propio y pide ayuda".

Las reuniones son abiertas y cualquier vecino puede acceder a ellas: la única condición es tener a un familiar o amigo alcohólico. En los encuentros de Al Anon y Alateen se lee literatura, siendo la base del programa, además de trabajar en lo espiritual y en lo emocional debido a que "el alcoholismo destruye no solo a quien bebe".

"Es un espacio para compartir cómo se siente cada uno, para identificarse con lo que se escucha y para comprender que el alcohólico está enfermo, ya que así se logra desprender, con amor, la enfermedad de la persona".

"El familiar del alcohólico, por lo general, está pendiente si bebe o no, controlando e intentando impedirlo porque cree que se va a curar. Niega que está enfermo, ocultándolo del resto de la familia. Es un desgaste donde la persona involucrada, ya sea adulto o niño, siente frustración, dolor y culpa", reveló Federico

Y rápidamente agregó: "El familiar deja de vivir su vida para estar emocionalmente pendiente de la persona afectada por la bebida. Y eso sucede siga o no bebiendo, porque los defectos emocionales y de carácter persisten".

Como Coordinador de los grupos Alateen en el conurbano Sur, Federico acompaña (junto a otros miembros de Al-Anon) a jóvenes entre 10 y 18 años que se reúnen en paralelo al grupo adulto: "Siempre estoy en sus grupos y los escucho. Llegan reprimidos, tristes, silenciosos, con miedos, culpables, ocupando roles de adultos en sus casas, pensando que el alcohol es para toda la vida y que ellos también van a caer. En Alateen se sienten seguros, se identifican y hablan. Entienden que es el alcoholismo es una enfermedad que no se puede controlar ni curar, que ellos no son responsables y que no tienen por qué también caer en el mismo camino. Pero lo más importante es que se dan cuenta que el amor por ese familiar o amigo está intacto".

Siempre estoy en sus grupos y los escucho. Llegan reprimidos, tristes, silenciosos, con miedos, culpables, ocupando roles de adultos en sus casas, pensando que el alcohol es para toda la vida y que ellos también van a caer. 

En Lomas funciona uno de los grupos presenciales de Alateen, perteneciente al Conurbano Sur: Aprender a Vivir se reúne los primeros, terceros y quintos miércoles de cada mes de 19 a 21 en la Catedral de Lomas (Antonio Sáenz 438). También existe un grupo en Alejandro Korn (primeros y terceros martes de cada mes, de 19 a 21 en Raccone 152) y otro en Lanús (primer sábado de cada mes, de 10 a 12 en Margarita Weild 1248).

Los vecinos que quieran conocer más sobre Al-Anon y Alateen pueden acceder a sus respectivas cuentas de Instagram como así también a la página web donde existe un listado de todos los grupos del país y sus reuniones presenciales o virtuales. Además, se pueden comunicar al 1128439958.