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Vivió 10 años en la calle y presentará un libro infantil en Llavallol

Resiliencia. Mariela Celiz aprendió a escribir hace unos años cuando decidió terminar la primaria en el centro barrial Magdalena donde encontró su pasión por la literatura.

Tras vivir 10 años en la calle, Mariela Celiz (30) va a presentar su primer libro infantil tras su esfuerzo por terminar sus estudios primarios. "La pasión por la escritura comenzó cuando aprendí a escribir bien", dijo la autora de "La Rata Chucha".

Gracias al Plan Fines que se dicta en Magdalena Centro Barria de Llavallol, ubicado en Boulevard Polonia 33, es que Celiz logró dedicarse a la escritura y encontrar allí un espacio para plasmar sus vivencias de cuando vivió en la calle.

Su primera participación fue en el libro que editan cada año ediciones Tinku de la ONG No Seas Pavote. "Uno de mis textos se publicaron en 'Poner el cuerpo escrito' que reúne historias de las personas en situación de calle", comentó la autora que nació en Monte Grande, pero actualmente vive en Ezeiza.

La pasión por la escritura comenzó cuando aprendí a escribir bien

Sobre el cuento infantil que será presentado el 14 de diciembre en el marco del 7° Mate Literario en Magdalena Centro Barrial Llavallol, expresó: "Este libro nace porque quería escribir algo diferente y además pensé en algo hecho enteramente por mí. Es un lindo cuento sobre la amistad y la importancia de seguir los sueños".

"El 14 será la preventa del libro y sé que será una muy linda presentación, estoy contenta, ansiosa y feliz de este nuevo logro, de un sueño que se cumple y lo voy a disfrutar", dijo la escritora que también contó que le gusta escribir poesías.

"Trabajé mucho para salir dela calle, tener un trabajo y seguir estudiando porque ahora quiero mi título secundario. Por eso, este libro significa mucho para mí porque no lo puedo creer todo lo que luché para demostrar que se puede a pesar de las adversidades", expresó Celiz que, actualmente trabaja en un taller y en una cooperativa.

Durante la presentación, la autora va a leer parte de su cuento y va a expresar ese mensaje propio de resiliencia que quiere que llegue a muchas más personas.

Al Centro Barrial llegó porque en pandemia Celiz iba a la mañana a la Plaza Espora de Temperley para recibir el desayuno que brindaba Tinku, que es otra de las casas que nuclea No Seas Pavote. Luego, a la noche ella volvía para cenar y fue en ese contexto que le hablaron sobre Magdalena, el espacio que le abrió las puertas para que se pueda capacitar y al que sigue asistiendo para terminar sus estudios secundarios.