La Unión | LOMAS

La familia de Nacho Seijas denuncia un nuevo allanamiento erróneo a un familiar

GRAVE ACUSACIÓN. Familiares del joven que perdió la vista de un ojo por la brutal agresión de un policía en Villa Centenario acusaron un nuevo operativo en una casa equivocada.

La Policía nuevamente en la mira por su accionar

La Policía nuevamente en la mira por su accionar.

La familia de Ignacio Seijas, el joven que perdió la vista de un ojo como consecuencia de la grave herida que sufrió durante un allanamiento erróneo en su casa de Villa Centenario, en 2020, denunció otro operativo en una casa de equivocada, a pocos metros de donde había ocurrido el grave caso de gatillo fácil que será llevado a juicio.

"Tenemos mucho miedo, los policías son un desastre, y hacen lo que quieren, nos queremos mudar del barrio por temor", expresó Marina Candia, madre del adolescente baleado, en diálogo con La Unión.

De acuerdo a la orden de allanamiento, a la que tuvo acceso este medio, solicitada por el fiscal Gastón Fernández, los efectivos policiales tenían que registrar una vivienda ubicada sobre la calle Guamini, entre Rawson y Capitán Sarmiento, en busca de un imputado.

Sin embargo, los uniformados se habrían equivocado de dirección, e ingresaron a la propiedad de una familia que no tenía nada que ver con el sujeto que tenían que detener.

El trabajo estuvo supervisada por la UFI 5 del Departamento Judicial de Avellaneda - Lanús, e intervino también el Juzgado de Garantías 2.

El caso Ignacio Seijas

El grave caso de gatillo fácil que se le atribuye como autor, ocurrió el 20 de junio de 2020, en Rawson al 1800, en Lomas, cuando efectivos policiales, por error, entraron a la vivienda de la víctima.

Esa mañana un grupo de 10 agentes del GAD irrumpió en la casa, por una orden de allanamiento, pero para otro departamento, en el que buscaban electrodomésticos que habían sido robados de una escuela del barrio. 

El joven de tan solo 17 años fue tirado al piso y pateado sin entender lo que sucedía: "Chorro de mierda", "Negro hijo de puta", fueron algunas de las agresiones que los agentes de la Bonaerense repitieron en el operativo, según la familia.

Desde entonces, comenzó un largo proceso de recuperación por las heridas, aunque su vida nunca volvió a ser la misma, debido a que perdió un ojo, y su estado de salud tuvo varias recaídas, con algunos intentos de suicidio incluidos.

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