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Caso Lautaro Cárdenas: "Nos imaginamos que iba a quedar en la nada"

ataque. El hermano mayor del adolescente que se recuperó tras haber recibido dos botellazos en la cabeza en una golpiza habló luego de la detención del último prófugo.

El hecho fue en febrero

El hecho fue en febrero.

Tras la captura en las últimas horas del restante prófugo acusado de ser parte de la patota que golpeó salvajemente al adolescente Lautaro Cárdenas en Centenario al punto de dejarlo gravemente herido y en terapia intensiva, la familia de la víctima celebra su detención, pero a la vez se acrecienta el temor a represalias.

"Al principio quedamos helados, pero nos sentimos súper contentos porque la van a pagar todos. Nos imaginamos que iba a quedar en la nada y que la justicia iba a tardar meses o años en agarrarlos", confesó en conversación con La Unión el hermano mayor de la víctima, Alan Cárdenas.

Fue este viernes al mediodía que la Policía de Lomas de Zamora detuvo al sexto integrante de esta banda que agredió de manera brutal al adolescente de 16 años cuando regresaba de una fiesta en febrero de este año. Era el único que faltaba.

"Nosotros no estábamos al tanto, nos enteramos por un medio. Me escribió un periodista por WhatsApp para preguntarme si era cierto. Me comunico con un policía y me confirman que lo habían detenido en Luis Guillón", precisó.

Según informaron fuentes policiales a este medio, se trata de un joven de 18 años identificado como Facundo A., quien era intensamente buscado desde el 5 de febrero. En total, hay cuatro mayores de edad y otros dos menores detenidos.

Lo atraparon cuando circulaba en un Volskwagen Bora -el mismo vehículo que utilizó para interceptar a Lautaro y a sus amigos el día del ataque- junto a otros familiares en la localidad de Luis Guillón, partido de Esteban Echeverría. "Se confió de que había pasado mucho tiempo. No es que estaba escondido o lejos, estaba paseando", agregó.

"Estábamos mas o menos tranquilos, empezando a volver a la vida normal y ahora es como que la familia empieza a tener miedo", confesó el joven acerca del temor de que familiares de la banda desarticulada tome represalias.

Si bien la familia tiene custodia policial las 24hs, han recibido amenazas por redes sociales, lo que fundamenta el estado de intranquilidad. "No te regales", "Ojo dónde andás" y "Te salvaste la primera vez, pero la próxima no te salvás" son los mensajes que recibieron tanto él como el adolescente.

"Sacando eso, mi hermano no cae, no sabe lo que pasó en realidad. A veces lo engancho mirando videos cuando yo estaba con mi vieja hablando. Había tomado mucho revuelo mediático. Ahora estamos volviendo a la vida normal, pero nos costó. Para nosotros volvió a ser una criatura, si bien es chico y está en plena adolescencia, uno cree que es más vulnerable" confesó acerca de su hermano menor que actualmente cursa su 5to año de secundaria.

Lautaro ya volvió al colegio, donde lo recibieron todos sus compañeros, profesores y equipo directivo. "No se lo esperaba él, porque fue todo una sorpresa", apuntó. Si bien el joven se encuentra bien de salud, debe atravesar un proceso de recuperación de seis meses aproximadamente.

Sufrió una fractura de cráneo y un hematoma epidural avanzado, provocado por dos botellazos en la cabeza que le dieron al momento de intentar defender a un amigo suyo que estaba siendo golpeado en el suelo por un grupo de delincuentes. Tras el hecho, regresó a su casa, pero horas más tarde se descompensó.

Fue en la Clínica la Sagrada Familia de Belgrano donde fue sometido a una delicada neurocirugía. El pronóstico no era para nada prometedor.

EL BRUTAL ATAQUE

Lautaro Cárdenas, de 16 años, había sido brutalmente golpeado el domingo 5 de febrero a las 6:30 de la mañana. Mientras caminaba con amigos por las calles Guidi de Franc y Zamora, se les cruzaron en el camino un Volkswagen Bora gris y un New Beetle amarillo.

De los vehículos bajaron al menos seis jóvenes que los amenazaron, los golpearon y les robaron sus pertenencias, para luego escapar. Lautaro se llevó la peor parte: intentó defender a su amigo de la golpiza y terminó recibiendo dos botellazos en la cabeza.