Macedonio Fernández, el autor admirado por Borges y Cortázar
mundos personales . El escritor argentino que tuvo una notable influencia sobre sus colegas fallecía hace 70 años.
El 10 de febrero de 1952, hace 70 años, fallecía en Buenos Aires Macedonio Fernández, un escritor que tuvo una notable influencia sobre sus colegas y que logró su reconocimiento en forma tardía.
Había nacido el 1 de junio de 1874 en Buenos Aires. Durante 1891 y 1892, Macedonio publicó relatos y crónicas en periódicos como La Montaña, dirigido por Leopoldo Lugones y José Ingenieros.
En 1898 se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires y diez años después se mudó con su familia a Posadas, Misiones, para ejercer como fiscal.
Su vida cambió por completo cuando se produjo la muerte de su esposa y madre de sus hijos, Elena de Obieta, en 1920. A partir de ese triste suceso empezó a vivir en pensiones y cafés para dedicarse de lleno a la filosofía y la escritura, y se alejó del mundillo judicial.
"No todo es vigilia la de los ojos abiertos", publicada en 1928, y "Papeles de Recienvenido", editada al año siguiente, fueron sus primeras publicaciones importantes, pero se sabe que no le interesaba publicar.
Ante esta negativa de editar sus obras, fueron sus hijos y sus amigos quiénes se ocuparon de esa tarea. Quizás ignorado en su época, el escritor, poeta y ensayista argentino influenció a generaciones de escritores locales con su estilo vanguardista e incómodo.
Fue profundamente admirado por Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Ricardo Piglia, entre muchos otro escritores argentinos. Se caracterizó, entre otras cuestiones, por el estilo transgresor y vanguardista de su prolífica pluma.
"Museo de la Novela de la Eterna", su obra más importante, es la antinovela, una colección de reflexiones y textos desordenados escritos durante toda una vida y publicados 15 años después de su muerte, en 1967, a instancias de su hijo Adolfo.
Sus textos marcaron a generaciones de escritores argentinos como Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Leopoldo Marechal y Ricardo Piglia, entre otros.
Jorge Luis Borges heredó la amistad con Macedonio Fernández de su padre, quien había sido compañero de estudios en la Facultad de Derecho. "Yo por aquellos años lo imité, hasta la transcripción, hasta el apasionado y devoto plagio", dijo en un homenaje sobre Macedonio y lo definió así: "Quienes lo precedieron pueden resplandecer en la historia, pero eran borradores de Macedonio, versiones imperfectas y previas. No imitar ese canon hubiera sido una negligencia increíble".
Mientras que Ricardo Piglia afirmó que Macedonio fue "el primero que se propone una teoría de la novela, el primero que tiene conciencia de la necesidad de definir el género".
"La mayor distancia del mundo es la que nos separa, cuando la buscamos perdidos, de los anteojos que tenemos puestos", anotó Macedonio con humor en sus cuadernos. Murió el 10 de febrero de 1952, a los 78 años.