Una obra para disfrutar y una historia para escuchar

“El hombrecito”, de Carlos Pais y Américo Torchelli, sale a escena mañana en el Galpón de Diablomundo de Temperley en una puesta de teatro integrado, que involucra a un trabajo escénico entre personas con capacidades diferentes y personas sin discapacidades.

Esta puesta cuenta con la dirección de Ricardo Bustos, que además es uno de los protagonistas junto a Gabriel Soria, su sobrino que padece autismo. “Una de las cualidades de Gabriel es la memoria. Es un chico que terminó en un hogar en Córdoba y luego pasó a estar con nosotros. Comenzamos a buscarle actividades artísticas, las que fue descubriendo con los años”, comenta Ricardo Bustos, sobre la difícil infancia y adolescencia que pasó su sobrino, que desde hace años tiene una vida cotidiana rodeado de sus afectos y muy distinta a los padecimientos de otras épocas.

LA TRANSFORMACIÓN SOBRE LAS TABLAS. Luego de pasar por clases de dibujo y órgano, Gabriel se topó con el teatro, y desde hace más de una década asiste a talleres de esta disciplina. “Se sabía los textos de todas las obras e iba imitando los gestos y los movimientos de los personajes. Es sorprendente como actor, se prende la luz y es otro, es increíble como se conecta y la fusión que se da entre los dos”, acota el director de la obra sobre cómo Gabriel supera en el escenario algunas cuestiones propias de su patología.

Ricardo y Gabriel debutaron con “El hombrecito” en 2001 en un festival de teatro integrado en Mar de Ajó, desde entonces no detuvieron su marcha y recorrieron distintos escenarios. La próxima aventura de esta dupla artística será la presentación de la obra -que sale a escena respetando al dedillo el texto original- en un festival de teatro integrado en la ciudad de Lincoln en el interior bonaerense.

LOS AVANCES. Al margen de los logros de Gabriel sobre el escenario, para Ricardo es muy importante que su sobrino, hoy de 37 años, haya logrado una independencia en su vida y lo mismo quiere para su hijo Leandro, de 11 años, que también padece una patología similar. Ricardo es actor y director teatral, mientras que su esposa Mónica es artesana.

Además, sus hijos Lucas y Tomás también son parte de “El hombrecito”, encargándose de la música original y de la técnica. “Tengo una conexión admirable, lo redescubrí como sobrino, el público se quiebra cuando termina la obra, te desnuda el alma. Hay gente que me dice que Gabriel tuvo suerte en encontrarnos a nosotros y les digo que nosotros tenemos la suerte de tenerlo a él, es un tipazo”, cierra Ricardo a horas del estr