Cuando el partido se terminaba, un Tanque arremetió contra el Fortín
.
Santiago Silva aprovechó una desinteligencia a poco del fnal y le dio la merecida victoria al Taladro, que se recuperó de la derrota con Defensa y vuelve a posicionarse mejor en la tabla. Falcioni y De Felippe.
Maestro y alumno. Compañeros de ruta y de la vida. Se conocen, se respetan. Plantearon un partido de similares características. Si hubiera sido un juego de mesa, el tablero perfecto era el TEG (Plan Táctico y Estratégico de la Guerra), al que un movimiento podía destruir la trinchera rival.
El Tanque rompió filas y asaltó el objetivo. Sí, Santiago Silva, el luchador inclaudicable, el que pelea hasta la pelota más perdida, aprovechó la floja marca de Maximiliano Caire y como pudo, alcanzó a darle cayéndose para superar el estatismo de Fabián Assmann.
Y para ganar la batalla final, Hilario Navarro contribuyó en la última bola para salvar un remate de Nicolás Servetto.
Con ese gol, Banfeld se recuperó de la caída con Defensa y Justicia. ¿Fue justo? Sí, en la primera media hora Erviti y Sarmiento fueron los mentores de las jugadas ofensivas. Buen aporte de Bertolo en su regreso y los chicos Cecchini y Gómez sosteniendo el medio. Bertolo le hizo un chichón al travesaño y Assmann sacó abajo y un remate de Sarmiento.
En el cuarto de hora restante, Vélez lo emparejó con más voluntad que juego, pero sin preocupar a Hilario Navarro.
El trámite se vino abajo en el complemento. Fue malo, ninguno pudo sostener el ritmo y cualquier situación de riesgo iba a llegar por alguna jugada de pelota parada o un desacierto defensivo.
Falcioni tardó en poner a Thomas Rodríguez. Los cambios de De Felippe poco apostaron. Y como quedó dicho, el gol llegó de una jugada intrascendente. De un lateral, un cabezazo, un bochazo de espaldas al medio, la frágil marca de Caire y el oportunismo intacto de Silva, que minutos después no pudo resolver un mano a mano.
Pero como al Taladro no le sobra mucho, tuvo que sufrir hasta el cuarto minuto de descuento, donde Hilario sacó con la panza el tiro de Servetto. Banfeld necesitaba el triunfo y lo consiguió.
Tiene para corregir, pero tendrá una semana más relajada pensando en el viaje a Para
