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Se encaminaba a ser ley el ajuste a los jubilados, pese a las protestas

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Con el apoyo de los gobernadores del PJ y sectores aliados, la Cámara de Diputados se aprestaba a aprobar esta madrugada la reforma previsional.

En los alrededores del Congreso otra vez se vivió una jornada de violencia feroz y represión.

En medio de un clima de extrema tensión, con violencia y represión en las calles, el Gobierno se disponía a aprobar esta madrugada la reforma previsional que representará un recorte de entre $70 mil y $100 mil millones a los jubilados y beneficiarios de asignaciones sociales.

En la Casa Rosada, pese a la presión social, confiaban que Cambiemos obtendría entre 130 y 145 apoyos, con el apoyo de los gobernadores del PJ y sectores aliados, mientras la oposición no superaría los 115 votos.

Ese número se reflejó en las distintas mociones de privilegio que se pusieron en consideración para levantar la sesión por la tarde. Luego de cinco horas de inteso debate, mientras en la Plaza de los Dos Congresos volaban piedras, palos, bombas, gases y balas de goma, la discusión comenzó entre gritos, insultos, chicanas y acusaciones cruzadas.

El diputado Eduardo Amadeo fue quien abrió la discusión con un discurso que leyó íntegramente de principio a fin. Eso no evitó que cometiera un fallido al señalar que con la reforma previsional el Estado cumplirá sus obligaciones “con los jubilados y los demás pobres”.

La legisladora del Frente Renovador Mirta Tundis salió al cruce y respondió que el proyecto “afecta los derechos humanos de un sector que va a ser afectado” y denunció que “esto no es reforma, es un ajuste”.

En la lista de oradores estaban anotados 90 legisladores y al cierre de esta edición todavía quedaba escuchar la exposición de la mayoría. Afuera, hacia la noche, la gente se volvió a concentrar en el Congreso para realizar una especie de vigilia y para repudiar al presidente Mauricio Macri y al recorte a los jubilados que en 2018 perderán gran parte de su poder adquisit

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