Los crímenes más impactantes
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Por Sergio Lapegüe
Me encanta vivir en Lomas de Zamora, mi barrio de toda la vida. Creo que es una ciudad con todo para ofrecer y un potencial enorme. Pero no somos perfectos y tenemos bastantes cuentas pendientes.
En la historia de nuestro partido hubo decenas de casos resonantes relacionados a la inseguridad, a conflictos personales o a la violencia policial/estatal, muchos de ellos impunes, que aún quedan en la memoria colectiva. ¿Te los acordás? Veamos…
La “Masacre de Ingeniero Budge” es sin dudas uno de los episodios criminales más recordados en la zona. Ocurrió el 8 de mayo de 1987 en esa localidad y fue un claro ejemplo del “gatillo fácil”: en una esquina del barrio fueron asesinados a sangre fría los vecinos Agustín Olivera, Roberto Argañaraz y Oscar Aredes.
Tres policías fueron imputados del hecho y condenados en un juicio oral, pero hoy solo uno de ellos sigue detenido. Los otros dos están prófugos. Una ordenanza municipal establece esa fecha como el Día de la Memoria.
Otro caso impactante fue el que tuvo como víctima al exjugador de fútbol Félix Orte, delantero de Banfield, Racing y la Selección Argentina. Orte fue asesinado en la puerta de su casa, en Carlos Croce al 300, el domingo 19 de noviembre de 1989, tras volver de un cumpleaños familiar. “Hola, Negro”, le habría dicho el asesino, que bajó de un Peugeot 504, le gatilló en la cara con un revólver calibre 32 y escapó sin robarse nada. Se cree que fue un crimen por encargo. Las razones son al día de hoy un misterio y el homicidio todavía sigue impune.
El caso de Sergio Schiavini fue otro muy trascendente en el ámbito local. El 29 de mayo de 1991, ese joven poeta quedó en medio de un tiroteo entre policías y ladrones dentro de la confitería Dalí, en pleno centro de Lomas.
Sergio fue usado como escudo humano por los delincuentes y terminó cayendo en la balacera. Todos los ladrones que participaron del episodio fueron a la cárcel. La última triste historia que me gustaría repasar es la que ocurrió el 26 de febrero de 1999, cuando los seis integrantes de una familia, entre ellos tres menores, fueron acribillados en una humilde casa del barrio Santa Catalina. Se trató de una disputa por narcotráfico.
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