River no tuvo aire, perdió contra Huracán y se alejó
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El Millonario mereció llevarse algo del Ducó, pero no estuvo fino para la definición, y el Globo se lo ganó con un penal de Ignacio Pussetto.
River no da pie con bola en la Superliga. Anoche, en Parque Patricios, perdió con Huracán por 1-0 y quedó a 18 puntos del único líder, Boca.
La suerte, que a veces ayuda en momentos difíciles, no está aliada con el equipo de Marcelo Gallardo. ¿Pensar solo en la Copa Libertadores? Sí, pero ojo que River necesita sumar para las competencias internacionales del próximo año y hoy se encuentra fuera de todo.
El partido arrancó con casi dos horas de demora por una amenaza de bomba en el estadio Tomás Adolfo Ducó.
El Globo propuso un partido cerrado, peleado, donde Gustavo Alfaro buscó que sus dirigidos saquen provecho lo que se les podía presentar.
River juega si aparecen Martínez y Scocco. Después de unos minutos de estudio, Borré se fue solo contra Marcos Díaz, que ganó el duelo.
Huracán se encontró con un penal casi de la nada. De un pelotazo al área, Montiel camiseteó a Noir y Delfino no dudó en sancionar la falta, a pesar de todas las protestas visitantes.
Con un toque suave, Pussetto adelantó al Globo y puso nervioso a un River que hasta ahí, había hecho bien las cosas.
La búsqueda chocó con los centrales de Huracán, que se convirtieron en los pilares del triunfo, junto al trabajo sin fisuras del arquero Marcos Díaz.
Gallardo no movió el banco para el reinicio. Confió en que podía revertir la situación.
El Millonario tuvo campo y pelota. Y las mejores situaciones. Dos con Scocco que tapó el arquero y un rebote alto de Borré, que instantes después le dejó su lugar a Lucas Pratto.
Y River fue por algo, al menos para no quedarse con las manos vacías. Con Mora (en su vuelta a las canchas), Scocco y Pratto como tridente ofensivo. Con Nacho Fernández y Pity Martínez como gestores.
La búsqueda chocó con los centrales de Huracán, que se convirtieron en los pilares del triunfo, junto al trabajo sin fisuras del arquero Marcos Díaz.
River terminó a los pelotazos y envuelto en su propia impotencia, esa que mostró en varios pasajes de la Superliga y que tampoco supo resolver anoche en el Ducó.
Huracán infló el Globo de felicidad y se metió en zona de clasificación a la Libertadores.
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