La diva de la voz ronca

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“Nunca escondí mi edad y nunca seré una diva. Soy una mujer normal, como tantas otras”, dijo, con honestidad brutal, la legendaria Claudia Cardinale que cumple 80 años el domingo y lo festejará en su salsa: actuando en el Teatro San Carlos de Nápoles.

En esta celebración de sus 80 pirulos sobre las tablas, saldrá a escena con “Extraña pareja”, la clásica comedia de Neil Simon, readaptada según una idea de Pasquale Squitieri.

La protagonista de “Il Gattopardo” dijo que Squitieri “fue el amor de su vida” y “en su homenaje” actuará en la comedia por él adaptada.

Su presente está en el teatro con un homenaje a “su” Pasquale Squitieri, pero en el futuro no excluye el cine “aunque es más fácil hacerlo en Estados Unidos o en Francia que en Italia”.

Esta gran artista nació el 15 de abril de 1938 en Túnez, al Norte de África, como Claude Joséphine Rose Cardinale. Sus padres eran oriundos de la isla de Sicilia y se instalaron en la capital tunecina, donde tenían una pequeña empresa naviera.

Sus progenitores hablaban francés, árabe, y el dialecto siciliano y ella no aprendió a hablar italiano, al menos el más académico, hasta que empezó a trabajar en películas italianas.

Sin soñar con el estrellato, estudió en la Escuela Paul Cambon, donde se graduó con la intención de convertirse en maestra. Ese sueño de la docencia quedó trunco rápidamente y quedó casi en el olvido. 

Aún siendo una estudiante, la joven Claude se dio a conocer después de ganar un concurso de belleza en su Túnez natal en 1957 y al año siguiente tuvo su debut cinematográfico en “Goha”, junto a Omar Sharif.

Antes de los 20 ya tenía un hijo fruto de una violación y logró emigrar de Túnez a partir de una propuesta de siete años de contrato de exclusividad con la productora Vides, de Franco Cristaldi, con el que estuvo casada de 1966 hasta su divorcio, en 1975.

Después de su ruptura con Cristaldi vivió desde 1975 con Pasquale Squitieri, un director de cine italiano, con quien tuvo a su hija Claudia.

La Cardinale es uno de los tres mitos del cine italiano, junto con Sofia Loren y Gina Lollobrigida.

Tuvo papeles muy importantes con directores de la talla de Luchino Visconti, Federico Fellini, Pietro Germi y Sergio Leone, quienes se disputaban para quedarse con esta estrella para sus películas.

“Rufufú”, “Rocco y sus hermanos” y Il Gattopardo la consagraron internacionalmente por su talento y su belleza inigualable. También incursionó en Hollywood, a pesar de que su inglés no era el mejor.

Siempre estuvo del lado de las causas humanitarias y nunca dejó de ser una férrea feminista, sin renunciar a su naturaleza salvaje y anticonformista que en los años de oro del cine italiano la convirtieron en una de las grandes

musas.

Claudia siempre tuvo una voz ronca que, para algunos realizadores, no encajaba con su belleza. Esto llevó a que doblen su voz en algunas películas, por suerte Fellini decidió que dejen de doblarla y por eso se pudo escuchar su verdadera voz en el cine.

 

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