Un escudo con mucha historia
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Por Sergio Lapegüe
Volver a casa siempre es reconfortante, reencontrarse con el calor y el perfume de las cosas de uno, los lugares de descanso, recreación y disfrute junto a los seres queridos. No hay nada mejor que casa, el lugar que elegimos para estar tranquilos después de una jornada laboral o un día en el que pasaron diversas situaciones. Pero cuando comienza el mes, volver al hogar también es enfrentarse con otra realidad: con las facturas que pagar, agua, luz, gas, cable… cargas que todos debemos pagar mes a mes para vivir de manera civilizada. Seamos sinceros: nadie se alegra al encontrarlas, pero a mí hay una que me ayudó a escribir esta columna. ¿Cuál? La del impuesto municipal. Es que, al ver el escudo de Lomas de Zamora, firme arriba de la boleta, se me ocurrió indagar en el recorrido de esa insignia que nos identifica como comunidad.
Lomas, al igual que todos los estados nacionales, provinciales o municipales, también tiene su propio sello distintivo. En nuestro caso, el escudo llegó un poco tarde. De hecho, recién se oficializó 107 años después de la fundación del distrito. Fue Francisco Portela, nacido en 1814 y nieto de Tomás Grigera, pionero de estas tierras, el autor del primer escudo municipal: los documentos librados por el Juzgado de Paz que estaba a su cargo llevaban un sello como membrete, con el dibujo de una paloma en vuelo portando en su pico una ramita de olivo. Esa fue la primera referencia (extraoficial) de la insignia lomense.
Fue recién en 1968, durante el gobierno del teniente coronel José Piñeiro, que se promulgó la ordenanza que dispuso un concurso para elegir un nuevo escudo. Para seleccionar los trabajos y designar al ganador se formó un jurado integrado por vecinos destacados del distrito, que terminaron eligiendo al modelo presentado por el pintor Heriberto Briega. La obra, adoptada oficialmente por la Municipalidad el 10 de septiembre de 1968, mostraba al sol naciente, con siete rayos asomándose sobre las lomadas características de algunas zonas del municipio. También estaba la vieja paloma blanca, representando el antiguo nombre de “Pueblo de la Paz”; los signos de la cultura (pluma), el trabajo y el comercio (rueda); y las letras “L” y “Z”, dividiendo el escudo, señalando las iniciales del partido. Cuatro años más tarde, el entonces intendente Ignacio Candaosa dispuso el uso obligatorio de la nueva insignia en toda la documentación oficial de la comuna, en escuelas locales y todas las dependencias y oficinas públicas.
En 2007 llegó el cambio de la mano de una versión simplificada que aún sigue vigente: la forma es igual a la antigua, aunque ahora sólo tiene las letras “L” y “Z” en celeste dividiendo un sector azul de uno rojo. ■