Lomas Jockey Club, el hipódromo que cambió la forma de vivir
SU HISTORIA. Se cumplen 117 años de la entidad que, según Norberto Candaosa, del Instituto Histórico Municipal, fue la más importante de la localidad por su popularidad.
A principios del siglo XX, Lomas fue popular gracias a una actividad que supo atraer a una gran cantidad de público: el turf y los caballos, algo impensado para estos días. Hoy se cumplen 117 años de la fundación del Lomas Jockey Club, una entidad que fue importantísima para la localidad y que hizo que muchos de los comercios de los alrededores se decidieran a trabajar en el rubro. Norberto Candaosa, integrante del Instituto Histórico Municipal de Lomas, contó los inicios del hipódromo, su mudanza a Longchamps y su posterior llegada a Temperley, donde en 1927 debió cerrar por una disposición del gobierno provincial. El recuerdo de, según Candaosa, "la entidad más importante de la localidad, en todas las épocas".
"El turf en zona Sur nació con Anarcasis Lanús, el fundador de dicho partido, que instaló un hipódromo llamado Circo de Santa Teresa en donde hoy funciona el Hospital Evita. Le fue mal económicamente y cerró, pero esa iniciativa se recogió en Lomas con el Jockey Club", empezó a contar Norberto Candaosa, miembro de número del Instituto Histórico Municipal de Lomas, sobre la historia de uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
En 1904 y en acuerdo con la familia Gandulfo, dueña de las tierras, se instaló el Lomas Jockey Club, el cual se fundó el 4 de abril de dicho año. Abarcaba un perímetro que se formaba entre las calles Sarandí, Cerrito, hasta Tercera Arenales (hoy Francisco Amero), General Hornos, siguiendo la curva de la pista hasta Viamonte para terminar en Balcarce.
En 1904 y en acuerdo con la familia Gandulfo, dueña de las tierras, se instaló el Lomas Jockey Club, el cual se fundó el 4 de abril de dicho año. Abarcaba un perímetro que se formaba entre las calles Sarandí, Cerrito, hasta Tercera Arenales (hoy Francisco Amero), General Hornos, siguiendo la curva de la pista hasta Viamonte para terminar en Balcarce. "Tan importante fue su estadía, que la zona se sigue llamando Villa Hipódromo", añadió Norberto.
El 40% de las ganancias estaba destinado a las instalaciones de la actividad, mientras que el porcentaje restante se usaba para mantener el Hospital Gandulfo, ex Hospital de la Caridad (que en ese momento todavía no era Municipal), para la obra pública y para distintas actividades sociales. Para Candaosa, el Lomas Jockey Club fue la entidad de bien público más importante de la localidad, en todas las épocas. "Nunca hubo una entidad que haya colaborado tanto con la comunidad", agregó.
Fue la entidad de bien público más importante de la localidad, en todas las épocas. Nunca hubo una entidad que haya colaborado tanto con la comunidad.
Con el loteo y el amanzanamiento por parte de la familia Gandulfo, el Lomas Jockey Club se debió mudar en 1910: Longchamps fue el destino del hipódromo, que tuvo otras actividades antes de ser habilitado como tal, como carreras de autos y hasta el primer vuelo de un avión en toda Argentina.
Tras funcionar unos años en la localidad vecina, un incendio destruyó por completo el hipódromo en 1913. Luego de cobrar el seguro, el Lomas Jockey Club le alquiló las tierras al Doctor Domingo Cabred, en Temperley: en 1914, la instalación del tercer hipódromo era una realidad, con su entrada principal en la Avenida Eva Perón (ex Pasco) y Almirante Brown. "Todavía se pueden observar dos curvas pronunciadas en ese lugar, en clara referencia al óvalo de la pista", acotó Candaosa.
El hipódromo tenía un éxito rotundo, ya que atrajo visitantes de distintos puntos y hasta de Capital Federal. La actividad comercial también aprovechó el apogeo del Lomas Jockey Club: varios comercios se crearon para darle soporte al turf, como lo fueron los studs, es decir, lugares que se dedicaban al cuidado de los caballos
"Primero vivía en la calle Pirovano con mi familia y mis abuelos, hasta que después nos mudamos a Fonrouge. Era como la cola del hipódromo, la parte de atrás. Mis padres siempre me contaron gratos recuerdos del Lomas Jockey Club y su popularidad", agregó Pedro Petroneo, vecino que actualmente vive en Villa Hipódromo.
En ese entonces, el hipódromo tenía un éxito rotundo, ya que atrajo visitantes de distintos puntos y hasta de Capital Federal. La actividad comercial también aprovechó el apogeo del Lomas Jockey Club: varios comercios se crearon para darle soporte al turf, como lo fueron los studs, es decir, lugares que se dedicaban al cuidado de los caballos. Pero toda la popularidad duró poco más de una década.
En 1927, el gobierno provincial prohibió este tipo de juegos y los hipódromos, lo que derivó en el cierre definitivo del Lomas Jockey Club, un símbolo que aún vive en el recuerdo y la memoria de aquellos vecinos que disfrutaron de la adrenalina de cada fin de semana con las carreras de caballos.