Atiende la peluquería que abrió su abuelo: más de un siglo de historia
UN RUBRO, UNA PASIÓN. El estilista Daniel Infarinato siguió con el legado de sus dos generaciones anteriores: ya está a cargo hace 41 años y le dio su impronta, haciéndolo un salón unisex.
La Peluquería Infarinato de Lomas es de esos lugares que no se encuentran a la vuelta de la esquina. Y es que Daniel (57), dueño y encargado hace 41 años, es casi el único estilista del distrito. Pero, además, el salón cuenta con un fuerte legado familiar: anteriormente estuvo en manos de su padre por cinco décadas, pero tiempo atrás fue su abuelo quien era el encargado de atender a los clientes. Más de 100 años de pasión por una profesión.
El estilista Daniel Infarinato dialogó con La Unión y repasó la historia del mítico local: "Todo comenzó con mi abuelo, que vino a Argentina en barco escapando de la guerra. En la misma embarcación ya cortaba el pelo y, cuando se instaló en el país, decidió poner una barbería, un lugar exclusivo para hombres, y que funcionaba casi como un club porque también se quedaban a jugar a las cartas". El local se encuentra ubicado en Laprida 468, pleno centro lomense.
Todo comenzó con mi abuelo, que vino a Argentina en barco escapando de la guerra. En la misma embarcación ya cortaba el pelo y, cuando se instaló en el país, decidió poner una barbería, un lugar exclusivo para hombres y que funcionaba casi como un club porque también se quedaban a jugar a las cartas.
Los años pasaron y fue el padre de Daniel el que tomó la posta, con la premisa de que el local no baje sus persianas y pueda seguir brindando el servicio a los vecinos. Poco a poco, Daniel se fue involucrando en el negocio, a pesar de que su papá no quería que trabaje en el local y que pueda estudiar una carrera. "Empecé barriendo, mirando como mi papá cortaba el pelo y practicaba con un globo y espuma la técnica para afeitar", recordó.
"Luego decidí hacer un curso de peluquería para ir perfeccionándome y ahí fue donde le tomé completamente el gustito al rubro", explicó Infarinato. Hace ya 41 años que está al mando del lugar y es acompañado por su pareja, Andrea, quien es esteticista y se encarga de la belleza femenina con masajes, maquillaje y manicuría.
Hace ya 41 años que está al mando del lugar y es acompañado por su pareja, Andrea, quien es esteticista y se encarga de la belleza femenina con masajes, maquillaje y manicuría.
Daniel aseguró que el local se ganó un prestigio dado que el barrio sabe que la familia Infarinato se dedica a la peluquería hace más de un siglo. "Eso hace que se forje una amistad con los clientes. La gente nos conoce e incluso ya viene la tercera generación de esos vecinos que atendía mi abuelo", contó, con cierta emoción y muy feliz de tener en sus manos algo que comenzó su abuelo y que mantuvo su padre.
"Este trabajo es muy lindo, disfruto de poder embellecer tanto a hombres como a mujeres con los cortes o peinados que quieran. Si bien todo esto arrancó como una barbería exclusiva para el género masculino, los tiempos cambian y hoy ya es unisex", aclaró Infarinato.
Este trabajo es muy lindo, disfruto de poder embellecer tanto a hombres como a mujeres con los cortes o peinados que quieran. Si bien todo esto arrancó como una barbería exclusiva para el género masculino, los tiempos cambian y hoy ya es unisex.
Es tanta la vocación de Daniel por su trabajo que decidió unirse, en conjunto con varios colegas, a la Asociación de Peluqueros, Peinadores y Afines (Appya) de la Zona Sud, que cuenta con su sede ubicada en Valentín Vergara 1972. La asociación fue creada por Josefina Spitalieri, quien decidió convocar a colegas con la intención de unirse entre todos y así difundir el trabajo con eventos, cursos y más actividades. "Ese espacio es muy importante para mí porque ahí hice el curso y corté el pelo por primera vez, le debo mucho y por eso me involucré", concluyó.