Se fue de Chaco con 13 años, buscó su sueño y hoy brilla en Los Andes

Detrás de todo futbolista, hay una historia. Y la de Facundo Villarreal, la revelación de Los Andes en esta Primera B, es una que está marcada por el sacrificio y la constancia. Y no es para menos. Se fue de Chaco cuando tenía 13 años, superó todas las pruebas que se le pusieron en el camino y hoy, con 19 recién cumplidos, disfruta el premio de ese esfuerzo: es una de las figuras del equipo de Fernando Ruiz.

El recorrido que lo llevó a este presente en el Milrayitas no fue sencillo. A los 13 años se fue de Presidencia Roque Sáenz Peña, la ciudad chaqueña en la que se crió, y viajó más de 1.100 kilómetros para perseguir su sueño, instalándose lejos de su familia y en una ciudad, bella pero gigante, como Buenos Aires.

"Al principio me costó, mi mamá no quería saber nada con que me vaya y fue mi viejo el que hizo fuerza para que vega porque sabía de las condiciones que tenía. Y esos primeros meses fueron duros. Acá la vida es muy diferente, se vive a otro ritmo y fue difícil adaptarme", abrió la charla con Diario La Unión, en un mano a mano en el que recorrió su historia.

A esa edad se instaló en Constitución junto a otros chicos de su provincia que perseguían el mismo sueño y entre todos compartían los gastos. De ahí, todos los días viajaba a Villa Albertina, primero acompañado por su profesor y después solo. "Ésa es otra de las cosas que me costó al principio. No estaba acostumbrado a viajar tanto y se me hizo difícil conocer y saber cómo llegar. Y más en una ciudad como Buenos Aires. Yo estaba acostumbrado a otra cosa y el cambio me costó", remarcó.

LOS ANDES, SU CASA

Villarreal no sabía nada del Milrayitas cuando llegó para probarse en el club tras una invitación de un entrenador que tenía en Chaco, pero cuando conoció su historia, se enamoró. Fue Hugo "La Viejita" Pizarro, un emblema dentro del club, el que le tomó la prueba y enseguida dio el OK para se quede. "Desde ese día me sentí muy cómodo, rápidamente la sentí como mi segunda casa y estoy muy agradecido al club", señaló.

Al año de ser fichado, el "Chaco" se mudó a Lomas de Zamora y pasó a vivir en la pensión del club, primero en un departamento que le alquilaban a los chicos que llegaban del Interior y después en la Sede Social. A partir de ahí, por sus venas comenzó a correr sangre roja y blanca. Y eso se potenció cuando pisó por primera vez el estadio Eduardo Gallardón. 

"Mi primera vez en la cancha fue en un clásico ante Temperley (1-0 con gol de Matías Linas) y el estadio estaba repleto. Eso me impactó, fue algo realmente hermoso, y ahora que lo puedo disfrutar desde adentro, la sensación es aún más increíble", se emocionó.

PRESENTE Y FUTURO

El esfuerzo realizado tuvo su premio y hoy es una de las piezas claves de Los Andes. Si bien su debut oficial fue en la derrota ante Argentino de Quilmes, en la Barranca, por las semifinales del Reducido del 2023, el partido ante Fénix por la fecha 3 del Torneo Apertura fue el que le cambió la vida: ese día fue figura y anotó su primer gol como profesional.

"Todo se dio muy rápido, la verdad que no esperaba entrar tan rápido en el equipo. Ese día ingresé muy bien, mis compañeros y el cuerpo técnico me ayudaron para que lo haga con confianza y además pude anotar", comentó.

A partir de ese partido, su rol en el equipo empezó crecer y sus virtudes, según él "la velocidad y el uno contra uno", se volvieron cada vez más determinantes. Sin embargo, se mantiene calmo y va paso a paso. "Hoy disfruto de mi presente en Los Andes, no me pongo grandes metas. Por eso, mi cabeza piensa en esta temporada, no me gusta desviar la atención", dejó en claro.

Aunque sí sueña. Y el deseo de este seguidor de Ezequiel Barco, Neymar y Kylian Mbappé, y también pieza clave del Milrayitas en esta Primera B, es concreto: "Sería un sueño ascender con Los Andes, y más en mi primer campeonato, es lo que más quiero. Sé que tenemos material para lograrlo, hay un buen equipo, y ojalá lo podamos lograr", cerró.