Se jubiló luego de 30 años de preceptora: "La comunicación es la clave de todo"

valores . Elba Elena Solé dejó las aulas de la Secundaria N°15 de Temperley, pero cumplió con lo que se propuso: que los chicos entendieran lo importante que es estudiar.

En su última visita a la escuela en la que trabajó casi 35 años

En su última visita a la escuela en la que trabajó casi 35 años.

Después de 35 años de trabajo en la misma escuela, Elba Elena Solé (77) de Temperley se jubiló en enero y en esta nueva etapa reflexionó sobre el legado que le dejó a tantos alumnos que estuvieron en contacto con ella.

Elba trabajó como preceptora y luego como jefa de preceptores en la Escuela de Educación Secundaria N°15 Vicente Sierra ubicada en Carlos Collivadino 267, Temperley. "Siempre estuve en la misma escuela por lo que me enamoré de ella y de mi actividad allí que es una de las más integrales porque los preceptores debemos estar en permanente contacto con los alumnos y en mi caso con adolescentes", contó la reciente jubilada que ante el inminente comienzo de clases, confesó que ya extraña la rutina de tantos años.

Dar lo mejor siempre fue el lema de Elba quién aprovecho cada hora libre para dejar una enseñanza, un consejo o una palabra de aliento a esos chicos que pasaron por la Escuela N°15 durante estos 35 años en la que ella fue preceptora.

La historia de Elba siempre estuvo vinculada a la docencia ya que muchos de sus hermanos eran maestros y como es la menor ellos le enseñaban de todo antes de asistir a la escuela.

"La comunicación con los chicos es la clave de todo, siempre me ha parecido muy importante, pero el dialogo desde lo constructivo aún más y ahora lo que más valoro es que cuando me encuentro con algún alumno que pasó por la escuela me dice que recuerda lo que yo le decía y eso es una muestra que lo que yo hablaba con ellos quedó allí en su cabecita para siempre", expresó con emoción Elba que supo dejar ese legado que se propuso.

Según contó la preceptora de la Escuela N°15, siempre le gustó aprovechar esas horas libres para leer algún cuento con moraleja. "Los buscaba especialmente para relacionar este cuento con la vida a la que se iban a enfrentar después de la escuela y, aunque no todos prestaban atención, algunos me pedían una copia y otros me han dicho que después de terminar la secundaria lo siguen recordando", señaló Elba, que además contó que sigue levantándose a la misma hora de siempre porque aún no se adapta a su vida de jubilada, sin tantas responsabilidades y horarios por cumplir.

Ahora lo que más valoro es que cuando me encuentro con algún alumno que pasó por la escuela me dice que recuerda lo que yo le decía y eso es una muestra que lo que yo hablaba con ellos quedó allí en su cabecita para siempre.

Sobre este futuro sin la escuela que comienza a transitar, expresó: "Yo disfrutaba de mi trabajo, de ir a la escuela y cuando fui el viernes pasado a despedirme fue muy emocionante. Con la jubilación se me bajó una cortina de golpe, pero entiendo que es un momento de adaptación, de disfrutar más a mis nietos".

Respecto a su paso por la escuela, aseguró que hay que insistirles a los más jóvenes -como ella lo hizo todos estos años- que la educación es lo más importante que puede adquirir una persona. "Siempre insistí en que hay que estudiar porque si no hay cultura uno no puede ser libre", concluyó Elba con toda esa sabiduría que adquirió durante su vida y con el compromiso de visitar la escuela siempre que la llamen o la necesiten.