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Familiares del nieto 133: "Encontrarlo fue un mensaje desde el más allá"

POZO DE BANFIELD. Los familiares del hombre que recuperó su identidad declararon en el Juicio Brigadas y contaron cómo intentan recomponer el vínculo con él.

El pasado 28 de julio, Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución del nieto 133, hijo de una mujer detenida en el Pozo de Banfield y apropiado durante la última dictadura militar. Sus familiares dieron detalles de cómo intentan recomponer ese vínculo.

El nieto recuperado es hijo de Julio Santucho y Cristina Navajas, quien estuvo privada de su libertad junto a su cuñada Manuela Santucho en el centro clandestino de detención que funcionó en Siciliano y Vernet. Cristina dio a luz durante su cautiverio. El bebé fue apropiado y recién pudo recuperar su identidad en 2023. Ellas siguen desaparecidas.

La familia Santucho estuvo atravesada por la tragedia. Es que además de la desaparición de Cristina y Manuela, también fueron perseguidos y asesinados los hermanos de ésta última, Mario Roberto Santucho (líder del ERP) y Carlos Hiber Santucho.

A cuatro décadas de aquellos tormentos, los familiares del nieto 133 prestaron declaración en el "Juicio Brigadas" que unifica los delitos cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes, el Infierno de Lanús y la Brigada de San Justo. Además de revivir el horror, contaron cómo fue el encuentro con la persona que recuperó su identidad.

"Hace dos semanas nos reencontramos con el hijo de Cristina y Julio, que había sido apropiado por una familia donde el hombre era integrante de una fuerza de seguridad. Él tenía dudas sobre su identidad y de a poco fue desarmando el entramado de mentiras de sus apropiadores", expresó Mario Antonio Santucho, hijo del líder del ERP y primo de la persona restituida.

"Nos hemos visto tres veces. Está muy emocionado por lo que significa este cambio y muy dispuesto a este proceso complejo", añadió sobre la recomposición del vínculo con un familiar que buscaron durante toda su vida.

Por su parte, su hermana Marcela Eva Santucho sostuvo que "encontrarlo fue un milagro, una especie de mensaje de Cristina desde el más allá" y describió a su primo: "Para él todo es muy fuerte, poco a poco se irá integrando. Es una muy buena persona, tranquilo, tiene mucha luz, tiene muy buen aura".

REVIVIR EL HORROR

Tanto Mario como Marcela Santucho, hijos del líder del ERP, relataron cómo fue el secuestro y el cautivero que sufrieron en diciembre de 1975, cuando tenían 9 meses y 13 años respectivamente. Mientras celebraban un cumpleaños, ocho hombres de civil con ametralladoras irrumpieron en la vivienda buscando a su padre, Mario Roberto Santucho.

Los represores se llevaron a toda la familia con mucha violencia y los sometieron a terribles torturas para que dijeran dónde estaba el líder revolucionario. "Mis primas y mis hermanas fueron golpeadas y maltratadas por los guardias del lugar, sufrieron agresiones sexuales y escuchaban cómo torturaban a otros detenidos".

Posteriormente, fueron llevados al Pozo de Quilmes y luego al Hotel Splendid de Flores. "La idea era usarnos como un señuelo. Esperaban que nos contactemos con nuestros padres y así capturarlos", señaló Marcela. Un tío de ellos fue a buscarlos y poco después los enviaron a Cuba. Al año siguiente, las fuerzas represivas secuestraron y mataron a sus padres.