Es de Turdera y fusiona su pasión por el canto y la docencia: su historia
Talento local . Gabriela Suárez se dedica a la educación especial y después de la pandemia decidió cantar en eventos, que es otra de las actividades que la llena.
Si hay algo que tiene bien claro la vecina de Turdera Gabriela Suárez (45 años) es que dedicarse a lo que más le gusta y hacerlo con el corazón es lo que le permite seguir adelante y nunca bajar los brazos. Se dedica a la educación especial y, en pandemia, decidió subirse a los escenarios para cantar, su otra pasión.
Con mucho orgullo, Gabriela cuenta que todos los días intenta fusionar sus pasiones de la mejor manera para ayudar y, a la vez, ayudarse a sí misma. "Lo de mi vocación por la educación especial la descubrí cuando comencé a estudiar, en las prácticas. Se suele pensar que quienes nos dedicamos a esto tenemos algún vínculo familiar con personas con discapacidad y en mi caso no es así, pero siempre me gustó colaborar desde la docencia", comentó.
En 2018 se recibió de docente y desde ese entonces trabajó en diversas escuelas, aunque actualmente se desempeña en una institución de Budge y en la Escuela de Educación Especial N°502 Edmundo Luciani.
"Trabajo con personas con retraso mental, con autismo y además soy profesora con orientaciones en intelectual y en ciegos y disminuidos visuales. En Budge estoy como orientadora del aprendizaje, es decir que trabajo con toda la población de la escuela en la orientación social y educacional para alumnos, padres y docentes", detalló la profesional que tiene dos hijas adolescentes que la acompañan en cada proyecto que se propone.
En 2018 se recibió de docente en educación especial y desde ese entonces trabajó en diversas escuelas, aunque actualmente trabaja en una escuela de Budge y en la Escuela de Educación Especial N°502 Edmundo Luciani.
Antes de dedicarse al 100% a su pasión por la educación especial, Gabriela trabajó en diferentes empresas como empleada administrativa, pero tenía muy en claro su objetivo. "Mientras trabajaba y cuidaba a mis hijas decidí también estudiar. La vida me llevó por muchos caminos y la verdad que con mucha perseverancia y tenacidad logre vencer obstáculos y seguir adelante, sobre todo cuando hay una responsabilidad de llevar una familia adelante", reconoció.
Trabajar en la inclusión es una de las partes de su trabajo que más disfruta la vecina de Turdera. "Desde la Escuela 502 vamos a establecimientos educativos de nivel donde hay estudiantes que necesitan ser incluidos y se trabaja mucho en ese aspecto porque en la actualidad hay muchas problemáticas y protocolos que deben ser cumplidos", contó.
Mientras trabajaba y cuidaba a mis hijas decidí también estudiar. La vida me llevo por muchos caminos y la verdad que con mucha perseverancia y tenacidad logre vencer obstáculos y seguir adelante. Sobre todo cuando hay una responsabilidad de llevar una familia adelante.
Según la docente, para trabajar en discapacidad hay que prepararse mucho. "Siempre digo que te tiene que gustar porque no hay manera de fingir ya que todo lo que hacés se traslada a cada situación con la que hay que lidiar".
Para Gabriela lo más importante es cómo abrir el corazón: "Se trata de entregarse y demostrar la nobleza del ser humano porque es la única forma de trasmitir el amor por la vocación porque nos relacionamos con pares que no tienen nada que ver si tienen una discapacidad o no".
SU PASIÓN POR LA MÚSICA
Si bien Gabriela se dedicó a cantar siempre desde que era muy chico, estuvo en coros y estudió piano. Fue en pandemia que decidió mostrar su talento en la música. "Me dedico a interpretar distintos ritmos musicales que van desde el rock nacional, el pop hasta la cumbia porque es lo que a la gente más le gusta", remarcó la artista y docente.
La música siempre está presente en la vida de Gabriela y contó que también la lleva a las escuelas y adonde la convoquen: "Me parece sumamente importante incorporar la música a la educación y siempre que puedo lo hago".
Respecto al futuro, Gabriela aseguró que va a seguir trabajando en lo que más le gusta: "Yo no bajo los brazos, sigo adelante siempre y para diciembre o para el año que viene quiero trabajar en una escuela de ciegos o de baja visión. Es un deseo que quiero cumplir".