Construyeron tres aulas en un jardín comunitario lomense
SANTA CATALINA. El anexo permitirá mejorar la inclusión: Mi Principito tiene chicos con autismo, con trastorno por déficit de atención o con dificultades en el habla.
El Jardín Comunitario Mi Principito de Santa Catalina se expandió con la intención de acrecentar su labor de educación e inclusión en la comunidad. La institución construyó tres salas equipadas para ampliar su espacio y poder trabajar en mejores condiciones con todos sus alumnos, ya que dentro de su matrícula cuentan con algunos alumnos con capacidades diferentes, ya con autismo, trastorno por déficit de atención (TDA) o dificultades en el habla.
Natalia Ibarra, directora del jardín, contó que las tres salas especiales fueron ideadas para mejorar la calidad educativa y de inclusión de chicos, con la intención de tener una atención más personalizada con los alumnos. El proyecto de ampliación fue aprobado por el Municipio y Desarrollo Social, y luego de un gran esfuerzo por parte del jardín es que se llegó a hacer realidad.
Las salas, situadas en Pampa 2640, cuentan con juegos psicomotrices antigolpes, juegos para sala de dos años y espacios para llevar a cabo diferentes actividades para la estimulación temprana del lenguaje.
Las salas, situadas en Pampa 2640, cuentan con juegos psicomotrices antigolpes, juegos para sala de dos años y espacios para llevar a cabo diferentes actividades para la estimulación temprana del lenguaje. "Nuestro jardín les abre las puertas a todos tipos de alumnos. Los chicos que tienen algún problema o capacidad diferente ya fueron diagnosticados y están con nosotras desde el año pasado. Con la idea de mejorar la integración fue que surgió el proyecto para llevar a cabo una mejor labor", añadió la máxima autoridad de la institución.
La inauguración se llevó a cabo el pasado 7 de marzo y en el acto estuvieron presentes Ayelén Mitriani, subsecretaria de Formación Integral; Patricia Sosa, directora de los jardines comunitarios de Lomas, y Mónica Leis, profesora del Instituto Nº103.
"Estamos muy contentos de acompañar estos espacios para las infancias que son sumamente necesarios para la comunidad, nos da felicidad progresar y aportar desde nuestro lugar, siempre con el objetivo de estar presentes", aseguró Mitriani.
La idea del anexo surgió por la propia necesidad de los padres de la zona que tienen chicos con alguna capacidad diferente o patología, ya que no podían conseguir bacantes en otros jardines porque no los aceptaban. Muchos de ellos se fueron enterando de nuestro trabajo en el jardín comunitario porque Mi Principito ya contaba con alumnos con autismo, con trastorno por déficit de atención (TDA) o con dificultades en el habla, ellos ya eran parte de nuestra comunidad educativa.
"La idea del anexo surgió por la propia necesidad de los padres de la zona que tienen chicos con alguna capacidad diferente o patología, ya que no podían conseguir vacantes en otros jardines porque no los aceptaban", agregó Nancy Delias, preceptora del jardín.
"Muchos de ellos se fueron enterando de nuestro trabajo en el jardín comunitario porque Mi Principito ya contaba con alumnos con autismo, con trastorno por déficit de atención (TDA) o con dificultades en el habla, ellos ya eran parte de nuestra comunidad educativa", sostuvo.
Cabe destacar que Mi Principito cuenta, entre todo su alumnado, con 33 chicos que tienen alguna capacidad diferente. Para Ibarra, "el anexo es brindar una posibilidad a todos los niños de 2 a 5 años para que tengan un mejor desarrollo en su infancia, estamos muy orgullosas por este paso".