La Unión | LOMAS

Advierten y concientizan sobre la aparición de garrapatas con el calor

AÚN SIN CURA. La enfermedad de Lyme se transmite por la picadura de este bicho y es frecuente con la presencia de las altas temperaturas. Los cuidados y qué hacer ante una mordedura.

La lomense se puso a disposición para ayudar a nuevos pacientes

La lomense se puso a disposición para ayudar a nuevos pacientes.

El calor se hizo presente y con su llegada hay que prestar atención a ciertas cuestiones: las picaduras de garrapatas que provocan el Lyme, una enfermedad que aún no tiene cura y de la que poco se conoce hasta el momento, pero que efectivamente está en Argentina. Es por eso que la lomense Anabel Vidal, que es portadora de la enfermedad, sintió que era oportuno concientizar sobre esta problemática que se acrecienta significativamente en esta época del año, con el objetivo de evitar nuevos infectados o ayudar a que los pacientes puedan ponerse en contacto con los médicos especialistas y conocedores del Lyme.

"Días antes de que comience la primavera ya notamos un aumento de gente que nos contactaba por picaduras o por avistamientos de garrapatas en sus casas. Es que el calor hace que garrapatas salgan a alimentarse de los mamíferos o también de los humanos, por lo que suben los casos", empezó a contar Anabel (36) sobre esta problemática a la que decidieron combatir con información y concientización.

Días antes de que comience la primavera ya notamos un aumento de gente que nos contactaba por picaduras o por avistamientos de garrapatas en sus casas. Es que el calor hace que garrapatas salgan a alimentarse de los mamíferos o también de los humanos, por lo que suben los casos.

Anabel fue picada por una garrapata en 2014, pero recién en enero de 2020 los especialistas dieron en la tecla y la diagnosticaron con Lyme. Seis años de guardias, médicos clínicos e internaciones, donde "trataban los síntomas de manera individual y a modo de emergencia para salir del cuadro, sin saber realmente cuál era el problema".

Es que, cuando se produce una picadura de una garrapata infectada, la bacteria Borrelia Burgdorferi genera una infección que ingresa en la sangre y afecta a todos los órganos, la piel y al sistema inmune, por lo que es difícil detectar con exactitud el diagnóstico.

"La prevención arranca por la difusión que, lamentablemente, hacemos muy pocos. Si vemos que tenemos una garrapata prendida al cuerpo, hay que sacarla completamente y con extremo cuidado con una pinza de depilar", dijo Vidal, que rápidamente acotó que en esos casos es indispensable la profilaxis, es decir, el suministro de un medicamento para contrarrestar a la bacteria.

La prevención arranca por la difusión que, lamentablemente, hacemos muy pocos. Si vemos que tenemos una garrapata prendida al cuerpo, hay que sacarla completamente y con extremo cuidado con una pinza de depilar.

Hay que recordar y resaltar que los síntomas más comunes se pueden observar los primeros días después de la mordedura: en el sector de la picadura aparece una roncha con forma de escarapela, acompañado por un cuadro gripal con fiebre, dolores articulares y fatiga, ganglios del cuello inflamados y, a veces, parálisis facial o corporal.

"Pueden contactarse conmigo o con cualquier integrante de Lyme Argentina, que es un grupo donde estamos muchos pacientes que tenemos la enfermedad, para que los ayudemos y les recomendemos los médicos que atienden este tipo de emergencias", sostuvo y se puso totalmente a disposición.

Los síntomas más comunes se pueden observar los primeros días después de la mordedura: en el sector de la picadura aparece una roncha con forma de escarapela, acompañado por un cuadro gripal con fiebre, dolores articulares y fatiga, ganglios del cuello inflamados y, a veces, parálisis facial o corporal.

"Ayudar me da orgullo, me hace sentir bien, pero lo feo es lidiar con la picadura del otro, de saber que también está infectado. De todos modos, agarrar la enfermedad a tiempo y poder ayudarlo es una satisfacción", contó, emocionada.

Para finalizar, Anabel pidió de colaboración de nuevos médicos para que puedan aprender de los especialistas y, de esa manera, que haya más manos para guiar y ayudar a las personas que padecen el Lyme.