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Super-bochorno: la fiesta del River-Boca se transformó en un escándolo

en una jornada teñida por la violencia. La revancha de la Superfinal de la Copa Libertadores quedó suspendida por las agresiones que sufrió el plantel visitante cuando llegó al estadio, que le dejó una lesión en el ojo a Pablo Pérez. El encuentro fue reprogramado para este domingo, a las 17.

Lo que tendría que haber sido una fiesta del fútbol estuvo lejos de serlo y todo terminó en bochorno. La Superfinal de la Copa Libertadores entre River y Boca fue suspendida después de una jornada teñida por la violencia y fue reprogramada para este domingo, a partir de las 17, en el Monumental y con público.

La grave agresión que recibió el micro que trasladaba al plantel xeneize hacia el estadio y dejó el saldo de cuatro futbolistas lastimados, sumado a los incidentes que se produjeron en las zonas aledañas al Monumental, transformaron una fiesta en un triste bochorno.

A todo esto se le agregó el mal manejo de la Conmebol, que quería jugarlo a cualquier precio y dos veces reprogramó el inicio (primero a las 18 y luego a las 19.15), más allá de que ambas instituciones no querían hacerlo. Justamente, la presión de los presidentes Rodolfo D’Onofrio y Daniel Angelici fue clave para la suspensión.

“Hubo un pacto entre los clubes para que no se juegue. El partido será mañana (por hoy)”, confirmó a las 19.24 el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, luego de muchas negociaciones y con la presión del mandamás de la FIFA, Gianni Infantino, para jugarlo sí o sí.

Todas estas negociaciones se dieron luego de que el plantel del Boca haya sido atacado con piedras por hinchas en  River en la cercanía del Monumental y con el saldo de varios heridos: algunos heridos por los vidrios estallados y otros afectados por los gases lacrimógenos que la policía lanzó para disuadir a los violentos.

De esa lista, los más afectados fueron Pablo Pérez y el juvenil Gonzalo Lamardo, que fueron trasladados al Hospital Otamendi por cortes en el ojo, donde se comprobó la gravedad de sus lesiones (algo que no pudieron hacer los médicos de la Conmebol), y regresaron al estadio, todavía con la programación de las 19.15 en pie, con un parche en el ojo.

A todo esto se le suma los incidentes que se hubo entre los hinchas de Millo y la Policia y quedó alrededor de 60 detenidos. Un bochorno total.

TEVEZ: "NOS QUERÍAN OBLIGAR A JUGAR

El delantero de Boca y máximo referente del plantel, Carlos Tevez, salió hablar cuando todo era incertidumbre en el Monumental y remarcó que la Conmebol los quería “obligar” a salir al campo de juego para disputar la revancha de la Copa Libertadores ante River.

“La Conmebol se portó muy mal con nosotros. Nos querían obligar a jugar con dos compañeros en el hospital (Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo) y otros vomitando. Decían que si no salíamos a jugar le daban la Copa a River”, señaló el Apache, molesto con lo que se estaba viviendo en las instalaciones del Monumental en la jornada de ayer, con incidente afuera del estadio y una presión constante de la Conmebol y la FIFA por jugarlo.

En esa línea, Tevez también criticó al plantel del Millonario, al que acusó de no visitarlo luego del ataque, y recalcó: “Cuando sucedió lo de 2015 en la Bombonera dijeron que los de Boca no habían ido a ver cómo estaban y ellos hoy tampoco vinieron esta vez”.

Por último, Tevez cargó contra el médico. “El mismo dijo que los jugadores de River no podían seguir, vino al vestuario y no le importó nuestro estado”, cer

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