"En Budge ocurrieron los cambios más radicales del universo"
HISTORIA Y PROGRESO. Dos vecinos que llegaron a la zona cuando todo era campo y no había servicios contaron cómo fue el crecimiento de la ciudad, que tuvo que superar adversidades.
Ingeniero Budge, una ciudad que siempre se caracterizó por luchar y crecer a pasos agigantados, está de festejo. El 18 de abril de 1909 se formó la Sociedad de Fomento, Instrucción, Socorros Mutuos y Recreativa de Villa Riachuelo, la más antigua y probablemente la primera en el partido, una fecha que se toma como punto de partida, aunque todavía existen ciertas contradicciones acerca del momento exacto de la fundación de la localidad: el 4 de noviembre de 1906, la empresa Fiorito y Cía remató cuatro mil lotes, mientras que el 15 de junio de 1909, el directorio del Ferrocarril Midland de Buenos Aires, determinó que la estación La Noria tomaría el nombre del primer presidente de la compañía, el Ingeniero Oliverio Budge.
Dos vecinos que llegaron al lugar en pleno desarrollo contaron cómo se sobrepusieron a las adversidades y de qué manera fueron testigos del crecimiento de lo que hoy ya en una ciudad asentada dentro del partido.
"Budge es una maravilla de pueblo, acá se vivieron y se viven las mejores cosas. Estoy convencido de que en esta localidad ocurrieron los cambios más radicales del universo", así presentó el vecino Manuel "Manolo" Núñez a la ciudad de Ingeniero Budge, lugar que lo vio crecer y en el que vive hace 65 años.
Estoy convencido de que en esta localidad ocurrieron los cambios más radicales del universo.
La localidad, desde sus inicios, siempre estuvo destinada a sortear complicaciones. Desde comienzos del siglo XX, Budge sufría inundaciones recurrentes por su terreno bajo y por eso se lo llamaba como "El Bañado", nombre que le había puesto el mismo Juan Manuel de Rosas, quien vivía "del otro lado del Riachuelo", según el propio Núñez.
El vecino lomense rápidamente contó que la mayor inundación que vivió fue en 1967, cuando varias localidades se vieron afectadas debido a las incesantes lluvias durante una semana. "Estuvimos como dos meses a la deriva y parábamos en la estación de Budge", rememoró, en un claro ejemplo de la dura infancia que debió atravesar.
El agua llegó a la localidad gracias a la Unión Vecinal, que en ese entonces compró los caños de fibra de cemento, los cuales se conectaron al único caño maestro ubicado en la calle Baradero. Conseguir la luz fue una odisea porque muchos vecinos y comerciantes se negaban a contar con el servicio, pero finalmente, en 1965, se instalaron los postes de cemento para dar paso a la instalación eléctrica.
"Durante mi infancia, Budge era puro campo y no había ni luz ni agua potable", sostuvo "Manolo", que fue testigo de la obtención de estos servicios al barrio, claves para el crecimiento. El agua llegó a la localidad gracias a la Unión Vecinal, que en ese entonces compró los caños de fibra de cemento, los cuales se conectaron al único caño maestro ubicado en la calle Baradero.
Conseguir la luz fue una odisea porque muchos vecinos y comerciantes se negaban a contar con el servicio, pero finalmente, en 1965, se instalaron los postes de cemento para dar paso a la instalación eléctrica. También en la década del '60, la localidad se vio favorecida con la fundación del Hospital Doctor Ricardo Gutiérrez, hoy llamado Hospital Doctor Oscar Alende.
Mario Acosta es otro vecino de Ingeniero Budge, que llegó a la localidad en 1974 proveniente del país vecino Paraguay y en compañía de sus hermanos. "Vengo de una familia numerosa y campesina. En esa época, recién se estaba poblando esta ciudad", contó y recordó el momento en el que pisó suelo argentino, cuando bajó desde el micro en Camino Negro y Quesada.
Así como las características del terreno a veces no favorecían, otras ayudaban para el crecimiento de la localidad. "Budge resaltaba por contar con miles y miles de trabajadores, con fábricas instaladas en los alrededores del Riachuelo para su aprovechamiento", explicó Manuel. "Llegué a Budge un sábado y el lunes comencé a trabajar como aprendiz de marroquinería, profesión que desempeño hasta estos días", explicó Acosta, que reconoció que adaptarse a la localidad "no fue nada fácil" porque debieron pasar grandes necesidades, pero luego dijo que, gracias al trabajo en Argentina, pudieron mantener a la familia.
Orgulloso de ser de Budge, fue una localidad que siempre luchó y me siento identificado.
"Desde hace 15 años que Budge no para de crecer. En ese tiempo, la localidad ya tenía más de 60 mil habitantes y gracias a eso logramos tener la primera Escuela Secundaria, la número 24", dijo Núñez. En 1995, Budge fue nombrada ciudad y hoy cuenta con 179 manzanas y aproximadamente 110 mil habitantes.
En una gran demostración de afecto hacia la ciudad, Mario explicó sus sensaciones al vivir en Budge: "Soy un argentino más y éste es el mejor barrio, aunque no puedo olvidar ni mi tierra ni mi idioma". Para concluir, y en coincidencia con el vecino, Manuel agregó: "Orgulloso de ser de Budge, fue una localidad que siempre luchó y me siento identificado".