Beres y la carrera más dura de toda su vida

En un mundo donde muchos corren sin saber bien a donde se están dirigiendo, el equipo "Rumbo Sur de Banfield" tiene un mapa bien claro de los objetivos para cada integrante y en su última incursión en Córdoba todos llegaron a la meta.

El equipo viajó hasta El Champaquí, un cerro en la zona oeste de la provincia, con 16 integrantes que corrieron en las distancias de 22 y 37 kilómetros. Todos llegaron a destino coucheados por Martín Beres, quien también corrió hasta el pico máximo y celebró esta primera gran vuelta a las "pistas".

"Puedo afirmar después de haber hablado con otros participantes y por mi propia experiencia que fue una de las carreras más duras de mi vida. Hacía mucho calor y eso nos afectó a todos sumado a que el circuito era muy duro, con una especie de doble ascenso antes de llegar a la cima que te terminaba de romper las piernas", contó el atleta banfileño de 52 años.

Su elección fue la de ir por el circuito más largo, cumpliendo 37 kilómetros de caminata y trotes más rápidos, durante alrededor de nueve horas hasta llegar al pico de la montaña, a 2.800 metros sobre el nivel del mar, el más alto de toda la provincia de Córdoba. Esa distancia, en el llano, en una carrera de calle, puede durar unas dos horas, lo que marca el enorme esfuerzo físico que requirió la prueba.

Sin embargo, con 40 años de experiencia en la disciplina, Beres hace foco en el aspecto mental. "Desde ya que hace falta entrenamiento y una preparación específica, pero la realidad es que el físico te dura las primeras tres horas. El resto es mental: como te mantenes motivado, como sobrellevas los dolores que te aparecen, como controlas el miedo de pensar que estás acalambrado y que te vas a morir ahí", dice entre risas. "Es un trabajo enorme para mantenerte enfocado, concentrado, motivado y, en mi caso, a eso le sumo la experiencia de haber hecho este tipo de carreras durante tantos años", explicó Beres que practica atletismo y deportes de carrera desde los 11 años.

Es un trabajo enorme para mantenerte enfocado, concentrado, motivado y, en mi caso, a eso le sumo la experiencia de haber hecho este tipo de carreras durante tantos años.

Claro está, cada uno encuentra motivación en lo que le puede o en lo que quiere. Y allí las historias hacen a la hermandad en la montaña. "Yo vinculo el correr a un estilo de vida. Hay objetivos, hay metas personales pero lo mejor de esto es el compartir, el crecer con el grupo, es la parte humana. Los 16 que corrimos fuimos ahí con historias personales y particulares que hacen que llegar a la meta sea un logro único. Yo llevo 40 años haciendo esto y en el último tiempo con la pandemia sentí -como todos- la necesidad de correr para oxigenar, no solo los pulmones, sino también la cabeza, el cuerpo", valoró.

En lo que hace a la puesta a punto para llegar a la meta, Martín y un grupo de 30 alumnos entrenan dos veces por semana en el Parque de Lomas. Y por sus años en la ciudad, reconoce cambios que favorecen el crecimiento del deporte. "Yo vi como estaba este lugar en los años '80 y tenerlo hoy así es un orgullo. Pasé de entrenar en el circuito de conchilla que solía haber, a esto de hoy que es una de las tres mejores pistas del país. Esto es top para el deporte y es abierto para cualquier vecino", destacó.