El emotivo cumpleaños sorpresa que familiares y amigos le organizaron a Ignacio Seijas
"NECESITÁBAMOS UN MOMENTO ASÍ". Festejó sus 18 años en su casa de Banfield. Fue una caricia al alma para el chico que perdió un ojo después de que un policía le disparara una posta de goma en un polémico allanamiento.
Cuando Nacho llegó a su casa y vio todas las luces apagadas algo sospechó. Entonces agarró el picaporte con cautela, amagó con abrir la puerta, pero antes de hacerlo se agachó para espiar debajo de la media sombra que cubre la reja. En ese instante, desde la oscuridad alguien le gritó: "¡Daaaale guacho, dale!" Y apenas dio el primer paso, sus amigos y familiares explotaron y comenzaron a cantarle el feliz cumpleaños.
Con la complicidad de su novia, sus seres queridos le organizaron una fiesta sorpresa a Ignacio Seijas para festejar sus 18 años. Fue una caricia al alma para el chico que perdió un ojo después de que el policía David Antonio Daniel le disparara una posta de goma durante un allanamiento en la casa de su mamá en Villa Albertina. "Necesitábamos compartir un momento así juntos, para sentir que estamos vivos", confió Pablo, su padre a La Unión
La casa de Rodríguez Peña el sábado pasado se llenó de risas, charlas y abrazos. Por un momento el tiempo se frenó. Y todo lo malo, todo el dolor quedó en el olvido, al menos por unas horas "La verdad que la pasamos muy bien. Salió todo cómo lo habíamos planeado y lo importante es que él estuvo con amigos, la pasó bien y entendió que no está solo, que hay un montón de gente al lado suyo que lo quiere", relató su padre.
La organización del cumpleaños fue algo complicada. Pablo recuerda que Ignacio "no quería saber nada, estaba muy reticente" con tener una fiesta. El miércoles 20, cuando fue la fecha de su cumpleaños, compartieron un asado íntimo y su padre se atrevió a sugerirle la idea. "Mirá que cuento con vos", le dijo. La respuesta de Nacho fue contundente: "No, yo no quiero un cumpleaños, no quiero nada". Por un momento la fiesta parecía trastabillar.
Por eso los días posteriores su novia jugó un rol clave. Lo fue ablandando hasta que al final lo convenció. El sábado, a las 22, debían ir a la casa de su padre. Ignacio no sabía que iban a estar sus amigos y conocidos, más allá de que a alguno, en un momento, algo se le escapó. "Entonces ese día, arreglamos con la chica para que lo traiga, y lo esperamos todos, amigos, padrinos, gente con la que nos conocemos hace tiempo y lo sorprendimos", contó Pablo.
El menú principal fue sandwiches de carne a la parrilla. Hubo asado, vacío, bondiola, chorizo. No faltaron las pizzas, las empanadas y otras cosas para picar. La música aportó el clima, y los globos, las guirnaldas y las luces el color. El padre del chico recuerda que estuvieron como tres semanas para arreglar la casa y conseguir todo lo que hacía falta. "Le hicimos varias tortas, hubo llaveros como suvenir, fue todo muy lindo", acotó.
La idea de hacerle un cumpleaños, según Pablo, surgió "por todo lo que estaba pasando" Ignacio. "Él tuvo un golpe muy duro, difícil que superar, y da la casualidad que justo los 20 es cuando se cumple un nuevo mes desde que pasó todo. Y mal que mal, aunque uno no quiera, cuando se acuerda de la fecha o pasa algo a uno se le revuelven un poco las cosas. Vuelven los recuerdos, el dolor y eso a él lo tira un poco para atrás", reconoció.
Pablo habla y parecería que se le forma un nudo en la garganta. Todavía no puede creer lo que su hijo tuvo que vivir. El 20 de junio de 2020, a las 8 de la mañana, Ignacio estaba escuchando música en una habitación de la casa de su mamá cuando un grupo de 12 policías del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) y de la comisaría 7° irrumpieron en un allanamiento.
Buscaban cosas que habían sido robadas a una escuela del barrio, pero se confundieron de departamento y entraron en la dirección equivocada. Adentro había una familia. A Nacho le dispararon en el ojo con una posta de goma y a Marina Candia (36), su mamá, la empujaron cuando intentó ayudarlo. En medio de tanta violencia, entre gritos, durante el operativo le apuntaron a su hermanita, Ariadna (3), y golpearon a Nelson Cabrera (33), su padrastro.
Pablo sostiene que su hijo hoy "no tiene miedo, tiene bronca". "Le arruinaron la vida", jura. Las cicatrices de lo que sufrió las llevará consigo toda la vida. Hoy tiene que llevar un parche y donde tenía su ojo derecho solo tiene los párpados semicerrados. No hay rastros de pupila ni de la esfera perfecta que es un ojo cuando no le disparan de frente.
"Por eso queríamos vivir un momento como éste para estar juntos y para celebrar. A veces dejamos pasar cosas tan simples como una reunión, o una juntada porque 'bueno, es un cumpleaños nada más', pero viste como es esto hoy estamos y mañana no sabemos, y hay que darle para adelante y tratar de salir porque sino eso no es vida", apunta.
¿CUÁL ES EL ESTADO DE LA CAUSA JUDICIAL?
Antes del inicio de la feria judicial, la Sala II de la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora ratificó el fallo de la jueza de garantías Marisa Salvo que a mediados de 2020 dejó en libertad al policía David Antonio Daniel.
Los jueces rechazaron los pedidos elevados por la familia del joven, la fiscalía e incluso los organismos de derechos humanos para agravar la imputación del oficial implicado a "intento de homicidio".
En su resolución dieron a entender que aún hay todo un proceso en marcha para determinar su culpabilidad
Eduardo Gómez, abogado que representa a la familia, hace 15 días en diálogo con La Unión cuestionó el fallo de la Cámara y resaltó que no se tuvo en cuenta el argumento principal de la querella.
No obstante adelantó que la familia volverá a pedir el cambio de carátula y que solicitará que se investigue a todos y cada uno de los efectivos que participaron del operativo irregular que se realizó en Rawson al 1802.
Pablo, ante todo esto, avisa que no bajará los brazos. "Ahora se vendrá una etapa de presentaciones y de apelación, tras apelación, tras apelación y trataremos de seguir moviéndonos, no vamos a dejar que esto quede impune", aseguró.
"Como papá, lo que le pasó a Ignacio es algo que me revuelve las tripas todos los días, que me genera una bronca que a veces no la puedo contener. Pero yo juro que voy a hacer todo lo posible para que este tipo vaya preso, porque le disparó a un pibe a menos de un metro de distancia y le cortó todos los sueños", apuntó
Y concluyó que no solo quiere que se investigue la culpabilidad de David Antonio Daniel sino de todos. "Desde el tipo que marcó la casa, hasta el jefe de investigaciones y el jefe del operativo, porque es una locura lo que pasó. Mi hijo estaba en la casa de la madre, ni siquiera estaba en la esquina o haciendo cosas raras, y le arruinaron la vida", cerró.