Caso Seijas: ratifican el fallo que permitió la excarcelación del policía que le disparó en el ojo
A casi seis meses del hecho. La Cámara de Apelaciones rechazó el planteo que había hecho la familia de Ignacio Seijas, el joven que perdió un ojo durante un allanamiento en Albertina, para que la carátula de la causa cambie a "homicidio culposo".
La Sala II de la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora ratificó el fallo de la jueza de garantías Marisa Salvo que a mediados de 2020 dejó en libertad al policía de la bonaerense David Antonio Daniel que durante un violento allanamiento en Villa Albertina le disparó una posta de goma en la cara a Ignacio Seijas y le hizo perder su ojo derecho.
El último día antes del inicio de la feria judicial, la Cámara rechazó los pedidos elevados por la familia del joven, la fiscalía y los organismos de derechos humanos para agravar la imputación del oficial implicado. En la resolución, según pudo saber La Unión, la Sala dio a entender que aún hay todo un proceso en marcha para determinar la culpabilidad de Daniel.
Eduardo Gómez, abogado que representa a la familia, cuestionó la resolución de la justicia y resaltó que no se tuvo en cuenta el argumento principal de la querella: "Es un absurdo del derecho. Es muy paupérrimo y triste. Desde el punto de vista del derecho, podemos decir que cumplieron y se lo sacaron de encima", se quejó.
El letrado adelantó que la familia volverá a pedir el cambio de carátula a "intento de homicidio" y que pedirá que se investigue a todos y cada uno de los efectivos que participaron del operativo irregular que se realizó el sábado 20 de junio, alrededor de las 8, mientras Ignacio escuchaba música en la casa de su mamá en Rawson al 1802.
"Esto es muy largo, todavía hay mucho por hacer. No solo hay que analizar la responsabilidad de David, sino de aquel que investigó (el robo a la escuela del barrio), a la persona que comandó el pelotón (de Policías) y al resto de los compañeros que le dieron una paliza a la familia", precisó Gómez.
Esa mañana un grupo de 12 policías del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) y de la comisaría 7° de Lomas irrumpieron en el lugar para buscar electrodomésticos que habían sido robados en una escuela de barrio. Pero se confundieron de departamento y entraron en la dirección equivocada.
Marina Candia, la mamá de Ignacio, dormía con su pareja, Nelson Cabrera, y su beba Ariadna, de dos años cuando pasó todo. Inmediatamente se encontró con que un grupo de policías que le apuntaba mientras ella levantaba en brazos a su hija. A Nelson lo tiraron al suelo y le pisaron la cabeza. Pero después lo peor llegó después.
Cuando Ignacio escuchó los gritos quiso entrar a la casa para ver qué pasaba. Para hacerlo tenía que atravesar una puerta de chapa desde el patio, que no tiene cerradura ni picaporte, por lo que usó una especie de cuchillo tipo Tramontina. No llegó a dar un paso que se encontró con los oficiales y el subteniente Daniel le disparó con su escopeta. No dio la voz de alto y las postas de goma hirieron a "Nacho" directo en la cara.
Bañado en sangre, el joven de tan solo 17 años fue tirado al piso y pateado sin entender lo que sucedía: "Chorro de mierda", "Negro hijo de puta", fueron algunas de las agresiones que los agentes de la Bonaerense repitieron en el operativo, según la familia.
La Subsecretaría de Derechos Humanos tomó intervención en el caso luego de las denuncias que realizaron públicamente los padres del joven y de que se supiera que el allanamiento en esa casa de Rawson al 1802 de Centenario estuvo plagado de excesos e irregularidades.
Tal como informó La Unión el 23 de octubre pasado la Subsecretaría de Derechos Humanos le solicitó a la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 de Lomas de Zamora que remita al Director de Políticas contra la Violencia Institucional, Ignacio Álvarez, un informe sobre el estado procesal de la investigación y las diligencias pendientes.
Particularmente se le solicitó la copia de la apelación fiscal y de la resolución del Juzgado de Garantías N° 5 que modificó la carátula a "lesiones graves" y denegó la prisión preventiva del policía. Luego de analizar la información pidió ante la Sala que la causa vuelva a ser caratulada como un "homicidio en grado de tentativa"
¿Por qué? Por las circunstancias en que ocurrieron los hechos, por la actuación del policía y su experiencia en el manejo de armas. Al mismo tiempo se pidió que se tenga en cuenta la distancia en la que se realizó el disparo (a menos de dos metros) y la gravedad de las lesiones ocasionadas. La Justicia finalmente no hizo lugar al pedido.
Marina esta tarde, en diálogo con La Unión, se mostró "decepcionada" por la resolución de la Cámara y aseguró que seguirán luchando para que se haga justicia. "Estamos viendo de hacer una marcha a Tribunales, pero todavía no lo tenemos decidido", confió.
"Lo que te puedo asegurar es que no vamos a bajar los brazos para que este tipo pague por lo que hizo. Mi hijo por su culpa tiene altibajos, hay veces que no se puede levantar de la cama y está muy caído. Estamos haciendo todo lo posible para contenerlo y mientras avanzar con las cirugías de la reconstrucción de su cara", cerró